La Legislatura y el peronismo empiezan a definir “el problema Traferri”, el senador acusado por el exfiscal en sus declaraciones ante la Justicia. Diputados y senadores deberán decidir si piden el desafuero de Traferri para que pueda ser imputado.
Las acusaciones que lanzó el viernes pasado el exfiscal Gustavo Ponce Asahad ya tienen consecuencias en el peronismo santafesino y en la Legislatura provincial. Este mismo miércoles se verá qué estrategia de defensa despliega el senador Armando Traferri ante sus pares y el resto de la Legislatura por las incriminaciones que lo ubicaron como la pata política de una asociación ilícita dedicada al juego clandestino. El fin de semana largo la política santafesina fue un hervidero, consciente de que el cimbronazo, además de acorralar a uno de los dos hombres fuertes del Poder Legislativo, amenaza con una crisis institucional.
Este martes a la tarde diputados y senadores de distintos puntos de la provincia viajaron hacia Santa Fe para estar a primera hora de la mañana. Serán dos días de reuniones y decisiones críticas. Los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery tienen en análisis y corroboración los datos que durante cuatro horas de declaración volcó Ponce Asahad. En función de esas conclusiones deberán resolver si piden a la Legislatura el desafuero del senador por San Lorenzo para imputarlo.
El centro de atención estará puesto en la Cámara de Senadores. A primera hora está previsto un encuentro de los seis senadores del Nuevo Espacio Santafesino que lidera Armando Traferri. Durante el fin de semana los senadores del norte provincial (en especial Baucero y Sosa) hicieron trascender que para ellos esta situación es una sorpresa, que no estaban enterados de nada y que si bien el grupo siempre dio muestras de lealtad, en definitiva cada uno responde por el voto de la gente de sus departamentos.
“Nos sorprende todo esto… Nosotros no creemos que Pipi esté metido en algo así. De estas situaciones no estamos enterados de nada. Por lo tanto, que se desate lo que tenga que desatarse, que vaya preso el que tenga que ir preso. Y vamos a poner en claro algo: si vamos a seguir esta pelea (por la pulseada interna con el gobierno), al menos yo quiero saber sobre qué estoy parado y por qué estoy peleando”, dijo un senador que pidió reserva de su nombre.
“Vamos a escuchar a Traferri. Hay que ser prudentes, yo quisiera ver el video de la declaración. Este hombre (por Ponce Asahad) quiere beneficiarse él, por lo tanto creo que hay que esperar a ver si hay alguna prueba antes de culpar a alguien. A mí me llama la atención que pasó de decir que no sabía nada a autoincriminarse en delitos graves. Nunca vi un caso así”, afirmó el senador de 9 de Julio Joaquín Gramajo a Aire Digital.
La Cámara de Diputados convocó a todos los presidentes de bloque para este miércoles apenas se conocieron los alcances de la declaración judicial de Ponce Asahad. El presidente del cuerpo, Miguel Lifschitz, distribuirá allí copias de la declaración que hizo enviar la jueza que dirigió la audiencia en la que Ponce Asahad confesó sus delitos e incriminó a Traferri, además de hacer alusiones de impacto político, pero sin sustento como para un reproche penal, a la vicegobernadora Alejandra Rodenas, el presidente de la Corte Rafael Gutiérrez, el juez federal Vera Barros y “otros partidos” que también se habrían beneficiado con la recaudación de juego clandestino, a la que definió como “una caja histórica del PJ”.
Tribunales
En los Tribunales de Justicia el escándalo no pasará desapercibido. La Corte tiene prevista para hoy la reunión de acuerdos semanal. No figura en el temario nada relacionado a Ponce Asahad pero sería inaudito que al menos no se comente, o que el presidente Rafael Gutiérrez no haga mención. Si bien es muy extendida en los ámbitos políticos y judiciales la relación entre Gutiérrez y Traferri, el exfiscal ubicó al presidente de la Corte en un asado en la casa de Traferri junto con Vera Barros y al que estaban invitados tanto Ponce como el exfiscal regional Patricio Serjal, ambos presos por delitos que, según dijo Ponce el viernes, se cometían bajo la dirección de Traferri.
Mientras los seis supremos estén reunidos por Zoom, los fiscales que llevan adelante la investigación tienen previsto tomarle declaración al exdiputado Darío Scataglini, quien aparece en una escucha tratando de contactar en nombre de “Pipi” a Leonardo Peiti, el capitalista de juego que confesó que le pagaba a los fiscales.
Un tablero que se mueve
Sin dudas, toda la atención estará puesta en la Cámara de Senadores, y lo que allí ocurra impregnará todo el tablero político. En primer lugar, el resto de los senadores espera conocer la actitud de Traferri y sus explicaciones. ¿Ofrendará el gesto de renunciar a fueros y someterse a la investigación? El segundo aspecto son los posicionamientos individuales y como espacio que surjan en el NES, siendo que Traferri era quien conducía. En tercer lugar el futuro del bloque peronista, cuya unidad hasta ahora era una ficción pero se sostenía en lo formal.
“No es algo que nos preocupe especialmente. La posibilidad de dos bloques no es por esto que pasa con Traferri, sino por lo que pasó todo el año, y en especial con las dos leyes de Sain”, aclaró un senador de los alineados con Perotti.
“Creánme que durante todo el fin de semana largo no se comunicó con nosotros ni la vicegobernadora ni el presidente del bloque. Sólo sabemos que presentará un descargo por escrito. Este miércoles iremos a la reunión de bloque, escucharemos y después veremos qué decisiones tomamos”, explicó.
Desde que habló Ponce Asahad hasta aquí, el Frente Progresista mantuvo una posición más bien conservadora, con la convocatoria de Lifschitz a los jefes de bancada como rápido y único gesto, pero con todos sus voceros en modo silencio. Desde la Cámara de Senadores, el jefe de la bancada radical, Felipe Michlig, pidió “prudencia y esperar a tener todos los elementos necesarios para opinar”.
Por un lado es claro que el primer impacto del escándalo golpea al peronismo; por otro la prudencia es buena consejera en estos casos. Abierta la caja de pandora, nadie va a poner las manos en el fuego para llevarse una sorpresa. Además, en el Frente Progresista tienen todas las antenas en alerta: creen que el gobierno de Perotti quiere “arrastrarlo al barro” con el objetivo de distribuir responsabilidades.
La caída en desgracia de Traferri es vivida como una victoria por el gobierno de Perotti, que tuvo que pulsear todo este primer año de gestión con su bloque. Sin embargo los alcances institucionales del escándalo no están claros todavía. Las esquirlas de Ponce Asahad llegan hasta el despacho de la vicegobernadora, cuyo jefe político es Traferri, con lo cual el problema se agrava. No sólo por el futuro rol de la vicegobernadora sino por el papel que el NES jugó en la campaña de 2019 para que el peronismo recuperara el poder y Perotti asumiera en la Casa Gris.
David Narciso
Aire de Santa Fe
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