Gerardo Rodgers, representante de los profesionales en el Consejo de Administración del Hospital Central de Reconquista, anotó a su cuñado que, si bien es farmacéutico, hace años se dedica solamente a la ganadería.
El funcionario no reconoce haber cometido un error y aseguró que no va a renunciar y que espera “que el Ministerio de Salud me juzgue si considera que hice mal”.
El Hospital Central de Reconquista vive un verdadero escándalo tras revelarse, en el programa radial La Grieta, la vacunación VIP de miembros del Consejo de Administración.
Entre los que anotó personas ilegalmente está Gerardo Rodgers quien confesó que vacunó a su esposa y no debía haberlo hecho porque no estaba dentro del protocolo al ser farmacéutica privada y nada tiene que ver con el sistema de salud.
Rodgers asegura que se trata de “personas esenciales porque son personal de salud” y así justifica el hecho de no presentar la renuncia.
Pero en las últimas horas también se reveló que Rodgers ordenó vacunar a su cuñado, también farmacéutico, pero que hace años no trabaja en una farmacia y está retirado dedicándose ahora a la producción ganadera.
El escándalo alrededor de la discrecionalidad en el manejo de las vacunas parece no tener fin y revela un capítulo diario.
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