Se trata de Cristian Chimenti, director de la Región Sur del área de Criminalística de la AIC, y de los subcomisarios Oscar Rodríguez y Hugo Mendieta, jefes de la Sección Balística de la misma agencia.
El hermano de la jefa de la Policía de Santa Fe y otros dos subcomisarios de la Sección balística de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la fuerza provincial fueron separados este lunes de sus cargos mientras se lleva adelante la investigación por el robo y posterior venta de 11 armas y 107 municiones que estaban bajo custodia policial, informaron fuentes oficiales.
Se trata del subcomisario Cristian Chimenti, hermano de la Jefa de la Policía de Santa Fe, Emilce Chimenti, y director de la Región Sur del área de Criminalística de la AIC, y de los subcomisarios Oscar Rodríguez y Hugo Mendieta, jefes de la Sección Balística de la misma agencia.
Según la información oficial suministrada a Télam por el Ministerio de Seguridad de Santa Fe, los tres jefes policiales fueron “apartados de sus funciones en forma provisoria y preventiva, mientras dure la investigación y fueron puestos a disposición del área de Personal”.
La medida, dispuesta por la Agencia de Control Policial que depende del Ministerio de Seguridad santafesino, se tomó en “procura de no entorpecer la investigación en curso”, señalaron los voceros consultados, y agregaron que hasta ahora “no existe prueba” que incrimine al hermano de la jefa de Policía.
El fiscal que lleva adelante la investigación, Matías Edery, ordenó en las últimas horas el secuestro de los teléfonos de 25 policías que trabajan en la sección Balística de la Policía de Rosario.
“Secuestramos los teléfonos celulares de todo el personal de Balística, que son cerca de 25 personas. Eso está en proceso de pericias para ver si existió una responsabilidad mayor y si fueron estas once armas o si hubo más que salieron de allí y quedaron en manos de civiles”, dijo Edery días atrás.
También explicó que al allanar Balística, luego de advertir que las 11 armas y 107 municiones encontradas durante un procedimiento en un “aguantadero” debían estar bajo custodia judicial, los investigadores se encontraron “con una situación muy preocupante, con falta de inventarios”.
“No había controles en un lugar donde debería haber datos concretos de cuántas armas había. Estamos haciendo un inventario para ver cuántas armas hay y después sacarlas de allí y llevarlas a un lugar que cuenta con las medidas de seguridad necesarias”, abundó Edery.
El subsecretario de Investigación Criminal del Ministerio de Seguridad de Santa Fe, Andrés Rolandelli, admitió cierto desorden en la sección Balística, pero explicó que lo que deber ser “un laboratorio” para pericias terminó convirtiéndose en un “depósito” de armas, puesto que los del Poder Judicial están atestados.
“Habría que hacer algunas aclaraciones. Criminalística es un laboratorio, no es un depósito”, dijo hoy Rolandelli, para agregar: “La pregunta es por qué se convirtió en un depósito”.
En esa línea, explicó que “toda arma que está en el marco de una investigación corresponde a la órbita del Poder Judicial. No deberían estar en manos de la Policía”.
“Esas armas –dijo el funcionario en declaraciones radiales- se fueron acumulando en el depósito porque se generó un cuello de botella”.
Rolandelli sostuvo que “no pasaron al depósito judicial porque allí tampoco tienen lugar, y ¿por qué?, porque no las retira la Anmac (Administración Nacional de Materiales Controlados), única institución encargada del destino final de estas armas y eventual destrucción”.
En el marco de esa causa que lleva adelante el fiscal Edery, de la Unidad Fiscal de Delitos Complejos y Narcocriminalidad, están imputados hasta el momento un suboficial de la sección balística de la AIC, identificado como Juan Carlos Belotti (21), y dos civiles, Lautaro G. y Stéfano A, a quienes el policía les dio las armas a cambio de una motocicleta Honda Tornado XR, color roja.
La investigación
La investigación comenzó el pasado 20 de abril, cuando efectivos de la AIC allanaron la vivienda de uno de los imputados, Lautaro G., ubicada en la calle Garzón 900 bis del barrio Empalme Graneros, donde se encontraron 11 armas y 107 municiones que debían estar bajo custodia en el Sección Balística, debido a que habían sido secuestradas en distintos procedimientos.
En ese allanamiento también fueron secuestrados varios frascos con marihuana.
El tercer involucrado, quien fue imputado el pasado viernes con prisión preventiva por 90 días, identificado como Stéfano A., resultó ser el cuñado de Lautaro G. y dueño de un gimnasio al que concurría el policía Belotti, quien para el fiscal Edery actuó de “intermediario” en esa transacción delictiva.
En cuanto a Chimenti, el subsecretario Rolandelli dijo a la radio “LT8” que por el momento no hay información “de que Chimenti tenga alguna responsabilidad en este hecho en concreto”.
“A nosotros no nos consta que estas personas tengan algo que ver con el delito en cuestión. Pero para favorecer la investigación, decidimos pasarlo a (división) Personal de la AIC hasta tanto avance la causa judicial que llevan adelante los fiscales”, finalizó.
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