Mario Espinosa, de 29 años, quedó imputado por el robo a la empresa donde trabaja. Los chatarreros, que venden como ambulantes por las calles quedaron imputados por el delito de “encubrimiento”.
A las 17.10 de este sábado, los policías de Avellaneda recibieron un llamado de Daniel Díaz, un hombre de 60 años que tiene una empresa de fabricación de muebles de jardín. El hombre contó que había una camioneta que estaba circulando por barrio Don Pedro vendiendo unas partes de sillas que solo su empresa fabrica en la zona.
Inmediatamente los policías van a buscar la camioneta y la encuentran circulando por las calles del barrio, más precisamente en calles 309 y 326. Allí identificaron a Néstor Díaz y Carlos Torres, ambos de 29 años y domiciliados en la provincia de Tucumán.
Los hombres admitieron tener respaldos de esas sillas y dijeron que los compraron en pasaje 329/328 aproximadamente al 700. Allí vive Mario Espinosa quien habría vendido unos 19 respaldos de aluminio por lo que se realiza el secuestro de los mismos.
Inmediatamente los policías fueron hasta la casa de Espinosa y al identificarlo el hombre confesó que trabaja en la empresa del denunciante.
El Fiscal Leandro Mai pidió que todos los intervinientes sigan en libertad pero que se los notifique de que serán investigados por Hurto (el empleado infiel) y Encubrimiento (los vendedores ambulantes).
Los elementos secuestrados fueron devueltos al fabricante.
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