En un complejo escenario marcado por la crisis global, la renegociación con los acreedores entra en la recta final. La oferta oficial se lanzará en los próximos días. El Gobierno celebró el nuevo “espaldarazo” del Fondo.
El Gobierno iniciará esta semana una serie de encuentros virtuales con los principales tenedores de títulos de deuda soberana emitida bajo jurisdicción extranjera y, en ese marco, presentará la primera oferta oficial de reestructuración. El Ejecutivo espera que sea la recta final hacia un acuerdo que incluya una fuerte quita y un amplio período de gracia pero montorea con preocupación el avance de la coronacrisis desatada por el coronavirus, que podría complicar aún más la negociación.
En una videoconferencia en inglés destinada principalmente a los bonistas extranjeros, el ministro de Economía, Martín Guzmán, invitó el viernes pasado a los acreedores privados de los USD68.842 millones en bonos a reestructurar a comenzar esta semana un roadshow virtual con el objetivo de acercar posiciones.
Hoy Guzmán, junto otros funcionarios del Gabinete Económico, estuvo dedicado al diseño final de las medidas paliativas para monotributistas y trabajadores informales y por eso, según le contaron a BAE Negocios fuentes oficiales, los intercambios con los fondos de inversión comenzarán en los próximos días.
“El ministro espera avances. Y va haber varios intercambios antes de fin de mes”, confiaron a este diario desde el entorno del ministro. Y señalaron que, en estas contexto, el Ejecutivo les presentará su primera oferta de canje.
El Gobierno apunta a una importante quita entre capital e intereses del orden del 50% y un amplio período de gracia sin desembolsos para afrontar servicios de deuda en dólares. Dos necesidades que se vieron potenciadas por las primeras estimaciones del efecto de la coronacrisis en el país: una profundización de la recesión en curso, una caída de las exportaciones, una menor recaudación y la necesidad de una fuerte expansión del gasto destinado a mitigar el impacto social.
En ese sentido, la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda celebraron lo que consideraron un “nuevo espaldarazo” del Fondo Monetario Internacional.
El viernes, horas antes de la conferencia de Guzmán, el staff técnico del organismo difundió un reporte en el que analizó tres escenarios para la negociación en curso y planteó que Argentina necesita una quita de entre USD55.000 millones y USD85.000 millones en los próximos diez años, con un importante recorte en los cupones de intereses y ampliación de plazos de entre tres y siete años.
Aquel mismo día el presidente Alberto Fernández se comunicó con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, para agradecerle por el apoyo.
Para más adelante quedará la redefinición del programa stand by con el organismo. Argentina le debe USD44.000 millones de capital y el mandatario le dijo a la economista búlgara que “en los próimos cinco años” no podrá “pagarles un peso”. Esto significa que, a raíz del recrudecimiento de la crisis, considera necesitará un período de gracia dos años mayor al que había previsto originalmente.
Pero hoy la prioridad esta puesta en la reestructuración con los privados. En Economía consideran que en las negociaciones con el FMI ya se construyó “un paraguas” para la reestructuración”. “Es momento de definir mano a mano con los bonistas porque con el Fondo los tiempos son más llevaderos ya que los vencimientos importantes empiezan el año que viene”, explican.
Lo cierto es que la coronacrisis complicó la negociación. El derrumbe de los mercados generó una estampida de fondos de inversión que ya sacaron de los países emergentes unos USD83.000 millones según cálculos del FMI. Esto en la Argentina profundizó la caída de los bonos, cuyas paridades se ubican en “zona buitre” apenas por encima del 20%, y un salto del riesgo país que hoy cerró en 4.519 puntos básicos.
Los analistas consideran la incertidumbre sobre las proyecciones económicas en un contexto de extrema volatilidad no ayudan a que los grandes fondos especulativos se predispongan a un canje voluntario. Como contrapeso, la caída del precio de los títulos argentinos fue de tal magnitud que podría hacer que una fuerte quita de valor presente sea menos dolorosa para sus intereses.
Lo cierto es que en el Gobierno son cada vez menos los que descartan que pueda darse un escenario de default.
Por lo pronto, Guzmán adelantó el viernes que ya podrá afrontar vencimientos en dólares con reservas. Los tiempos apremian: en abril vencen unos USD600 millones de los Bonar 2020, 2025 y 2037, y el 7 de mayo, unos USD1.400 millones del Bonar 2024.
Si bien se trata de bonos ley local que el Gobierno podría reperfilar compulsivamente, la intención oficial es cerrar antes un acuerdo por los títulos con jurisdicción extranjera para darles a los primeros un trato semejante.
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