La situación en el hospital Al Shifa, el mayor de la Franja de Gaza, era “desesperante” por la falta de agua, electricidad, medicamentos, comida y material médico, alertó un equipo de la Organización Mundial de la Salud, tras semanas de bombardeos.
Más de 30 bebés prematuros fueron evacuados este domingo del hospital Al Shifa, el más grande de la Franja de Gaza, en un esfuerzo coordinado con la ONU, que aún buscaba sacar a unos 300 médicos y pacientes de ese centro, asediado desde mediados de la semana pasada por las tropas israelíes en su ofensiva contra el movimiento islamista palestino Hamas.
Paralelamente, Israel afirmó que sus soldados encontraron debajo de Al Shifa un túnel de 55 metros con una puerta blindada en un extremo, por lo que reforzó su presunción de que allí funcionaría un centro de comando militar de Hamas.
La situación en el hospital era “desesperada” por la falta de agua, electricidad, medicamentos, comida y material médico, alertó un equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que logró visitar el recinto ayer.
El director general de los hospitales de la Franja de Gaza, Mohamed Zaqut, declaró que 31 bebés prematuros que permanecían en el lugar fueron evacuados, una información confirmada por la Media Luna Roja Palestina, según la agencia de noticias AFP.
En tanto, el centro médico continuaba bajo el asedio de tanques israelíes y los soldados permanecían dentro de las instalaciones, dijo Marwan Abu Saada, el jefe del departamento de cirugía, quien agregó que había escuchado “al menos dos explosiones esta mañana”.
Los bebés prematuros evacuados fueron acompañados por “tres médicos y dos enfermeros”, y había “preparativos en curso para evacuarlos hacia Egipto” a través del paso de Rafah, el único que no está controlado por Israel, informó Zaqut.
El complejo hospitalario aún albergaba ayer a 25 miembros del personal médico y 291 pacientes, entre ellos las tres decenas de bebés evacuados hoy, 22 personas en diálisis y dos en cuidados intensivos, según la OMS.
La agencia de la ONU indicó que 2.500 desplazados, que se habían refugiado en el hospital para evitar los bombardeos, huyeron de allí el sábado tras una orden de evacuación del Ejército israelí, que entró en el lugar el miércoles.
Las cifras del horror
Israel prometió “aniquilar” a Hamas y bombardea de forma constante la Franja de Gaza desde el 7 de octubre, en respuesta al ataque perpetrado por milicianos islamistas en territorio israelí, cuando mataron a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 240 personas, entre ellas a una veintena de argentinos, según las autoridades israelíes.
El gobierno de Hamas en la Franja de Gaza anunció este domingo que 13.000 personas, entre ellas 5.500 niños, murieron en los bombardeos israelíes de ese territorio palestino desde que empezó el conflicto, el 7 de octubre.
Además de los bombardeos, Israel desarrolla desde el 27 de octubre ataques terrestres en el norte de Gaza, que se convirtió en una ciudad en ruinas, y alrededor de los hospitales, donde los israelíes sostienen que Hamas posee bases operativas.
La OMS anunció que estaba preparando planes con sus socios para “la evacuación inmediata de los últimos pacientes” del hospital Al Shifa, así como “del personal [médico] y de sus familias” hacia otros hospitales de Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condiciona un alto el fuego a la liberación de todos los rehenes, pero las negociaciones aún se enfrentan a obstáculos “menores”, afirmó el primer ministro de Qatar, Mohammed ben Abdelrahmane Al-Thani. El emirato alberga un buró político de Hamas y desempeñó un papel de mediador en las negociaciones que permitieron liberar a cuatro rehenes en octubre.
Los “acontecimientos horribles” ocurridos en los últimos días en Gaza “superan el entendimiento”, denunció el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, en un comunicado.
Más de dos tercios de los 2,4 millones de habitantes de la Franja fueron desplazados por las hostilidades y la mayoría huyó al sur con lo mínimo y sobrevive al frío que se avecina, según la ONU.
Desde el 7 de octubre, más de 200 palestinos murieron a manos de colonos y de soldados israelíes en Cisjordania, según el Ministerio de Salud palestino.
En un artículo publicado el sábado por el diario The Washington Post, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, amenazó con imponer una prohibición de visado a los “colonos extremistas que atacan a civiles en Cisjordania”.
Biden, cuyo país es un aliado clave de Israel, propuso también “reunificar” a Gaza y Cisjordania bajo una Autoridad Palestina “reforzada”, y apoyó “una solución de dos Estados”, en referencia a la creación de un Estado palestino junto a Israel.
Las muertes en el Nova Festival
También este domingo, las fuerzas de seguridad de Israel informaron que varios helicópteros militares israelíes dispararon contra milicianos de Hamas y también contra civiles que participaban en el Nova Festival, el festival de música electrónica atacado por el grupo palestino el 7 de octubre.
El informe se basa en el testimonio de milicianos de Hamas que fueron apresados ese día y señala que los disparos del helicóptero alcanzaron a civiles que participaban en el evento musical, según el diario israelí Haaretz. El texto destaca además que Hamas no tenía conocimiento de que se estaba celebrando este festival musical junto al kibbutz Reim, muy cerca de la frontera con la Franja de Gaza.
Según el informe, las fuerzas israelíes “tuvieron dificultades para identificar a los milicianos de Hamas” y que los pilotos “emplearon artillería” que alcanzó a civiles.
“Los terroristas de Hamas tenían orden de mezclarse lentamente con la multitud y no moverse bajo ninguna circunstancia”, señala.
“Así, intentaron engañar a la Fuerza Aérea para que creyera que los que estaban abajo eran israelíes. Este engaño funcionó durante un tiempo, hasta que los helicópteros Apache se liberaron de todas las restricciones. Los pilotos tuvieron dificultades para distinguir quién era un terrorista y quién era un israelí”, prosigue.
El documento explica que “cuando se percataron, algunos decidieron emplear munición de artillería contra los terroristas por su cuenta, sin tener autorización de sus superiores”, según la agencia Europa Press.
Sin embargo, la Policía emitió un comunicado en respuesta a esas informaciones, en el que destacó que la investigación se centra únicamente en la actuación de la Policía y no en la de las Fuerzas Armadas y por consiguiente no podría recoger “indicio alguno sobre daños a civiles como consecuencia de actividad aérea”.
La Policía estima que en el festival murieron 364 personas, pero no publicó la identidad de las víctimas. El discurso oficial sostiene que fueron los milicianos de Hamas los que masacraron a los participantes en el festival.
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