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Abusaba de él en el hogar y lo amenazaba: “Si le contás a alguien te encierro en el sótano”

El juez Mingarini impuso la prisión preventiva para un excelador de Casa Cuna, imputado por abusar sexualmente de uno de los pequeños a su cuidado. Se presume que los abusos se dieron durante el 2017 y el 2019.

Un extrabajador del hogar de niños Casa Cuna quedó en prisión preventiva esta mañana. La fiscal de la Unidad Especial de Gefas, Alejandra Del Río Ayala, lo investiga como presunto responsable de haber abusado sexualmente de un niño alojado en el establecimiento durante septiembre del 2017 a febrero de 2019.

La audiencia para tratar la medida cautelar solicitada por la fiscal se desarrolló en la sala 1 del subsuelo de tribunales, ante el juez Rodolfo Mingarini. En tanto, el imputado José Manuel “Titi” P. fue asistido por la defensora pública Soledad Strada.

La investigación comenzó el pasado 13 de diciembre, cuando la secretaria provincial de Niñez, adolescencia y familia Patricia Chialvo radicó la denuncia penal en el Ministerio Público de la Acusación. En ese entonces, la funcionaria provincial fue notificada por las autoridades del hogar Plenitud de Vida, de la localidad de Emilia, donde el pequeño de 11 años había sido trasladado y logró dar cuenta de por lo menos tres situaciones de abusos que había sufrido en su corta vida, en distintos lugares. Uno de ellos fue en Casa Cuna, y sindicó a “Titi”, el cuidador, como el autor de los mismos.

Un niño tutelado
El pequeño quedó bajo la tutela del Estado provincial en septiembre de 2017, cuando ingresó con un brazo fracturado al hospital de niños Orlando Alassia y ningún adulto de su núcleo familiar se presentó al nosocomio. Allí comenzó a ser asistido por la jefa de salud mental del establecimiento, quien al día de hoy continúa trabajando con el niño, según informó la fiscal Del Río Ayala en la audiencia.

Entonces los representantes de Servicios Sociales del hospital dieron intervención a la entonces Subsecretaría de Niñez, y el chico fue alojado en el hogar Casa Cuna hasta febrero de 2019, cuando se escapó con otro de los niños allí alojados. A los pocos días lo encontraron, pero ante la negativa de volver al establecimiento, lo trasladaron al hogar en Emilia.

La fiscal explicó que los primeros meses de 2019 el niño atravesó por un proceso de adopción con una familia en Rosario, que no prosperó. Entonces volvió a Emilia en octubre del 2019, con un evidente cuadro de malestar estomacal que los estudios médicos vincularon con una situación de stress.

Al ser asistido por un equipo interdisciplinario ante este cuadro de posible stress, el niño relató una situación de abuso sufrida en el baño de la escuela en Rosario, por otro chico más grande, compañero del colegio: “Me violó”, expresó el menor.

Las psicólogas le preguntaron al chico por lo que había querido decir con eso, y el niño fue contundente en su relato. A continuación le preguntaron si era la primera vez que le pasaba, respondió: “Cuando estaba en Santa Fe, en Casa Cuna, también me pasó con el cuidador que le decían ‘Titi’”. Y también agregó: “Me pasó siempre, desde que vivía con mi mamá”.

Dos informes
Estas circunstancias fueron precisadas por dos informes aportados por las psicólogas que se encuentran trabajando con el pequeño, tanto en el hogar de Emilia como en el hospital Alassia, y fueron aportados a la causa por Chialvo al momento de radicar la denuncia.

Las trabajadoras detallaron en el primero de informes aportados, las actitudes del niño que sustentan sus acusaciones, ya que el chico no dejó ser revisado por ningún profesional médico. La fiscal citó en la audiencia que se da cuenta que el niño nunca había logrado hablar de estos hechos por miedo y vergüenza.

En esa línea, las psicólogas precisaron que el relato del menor es acompañado por pudor, angustia y bronca, y que sabe discernir la realidad de la fantasía. Además, se determinó que el niño es reacio al contacto físico con otras personas como muestra de afecto y es agresivo con otros chicos.

En el segundo de los informes aportados, se detalla que el niño refirió que “Titi” abusaba de él cuando los otros chicos no estaban, y que se metía en su cama de noche. “Él me decía que si yo contaba me iba a meter en el sótano oscuro como había hecho con unos hermanitos que se murieron de hambre y miedo”.

En tanto, la jefa de Salud Mental del hospital Alassia aportó que el niño demuestra un comportamiento agresivo y desafiante por el desapego temprano a su núcleo familiar. También presenta furia y enojo, temor al dormir y pesadillas recurrentes.

Del Río Ayala remarcó en la audiencia que el imputado estaba en conocimiento de la extrema situación de vulnerabilidad del niño, y que aprovechó eso para someterlo sexualmente. En este sentido, destacó también que recién cuando habló con las psicólogas pudo poner en palabras lo que le pasaba, comenzar a tomar conciencia de lo que le pasó porque lo tenía “naturalizado” y lo canalizaba a través de las conductas detalladas. “Disociaba la experiencia traumática de su vida”, precisó la fiscal.

El 24 de enero Casa Cuna confirmó que “Titi” realizaba tareas de acompañante convivencial desde 2016, y fue desafectado automáticamente tras la denuncia penal. La fiscal remarcó que el hombre trabajaba todos los días en el establecimiento, cumpliendo jornada de ocho horas por día y que a veces se quedaba a dormir en el hogar.

Al solicitar la prisión preventiva del imputado la fiscal remarcó que la víctima es un chico de 11 años absolutamente vulnerado, quien denuncia un hecho aberrante y que hoy está de vuelta en Santa Fe, a cuidado de unos tíos.

Por esa razón, continúa el trabajo con el niño para que pueda brindar declaración en Cámara Gesell probablemente en el mes de marzo, y hay que resguardar el testimonio.

La defensora pública Soledad Strada cuestionó la evidencia que lo vincula con lo investigado, y si bien el imputado no habló en la audiencia, expresó que el hombre se declaró inocente de los hechos que se lo acusan.

Prisión preventiva
Al momento de resolver, el juez Rodolfo Mingarini remarcó que debe valorarse la confianza que ponen los niños en los adultos que deben cuidarlos. El chico hace una entrega de absoluta confianza al mayor.

El magistrado destacó que el chico está siendo asistido por la jefa de salud mental del Alassia, y que la denuncia fue radicada por la actual Secretaría de Niñez: “son funcionarios idóneos que tomaron intervención directa. Esto da cuenta de la gravedad de la situación que atraviesa el niño”, expresó.

En esta línea, Mingarini remarcó que “cuando se lo debía contener y disminuir su vulnerabilidad, ocurrió lo contrario. Lo que hoy exige el sistema, con las normas de protección a los niños y personas vulneradas, es la tutela efectiva”, e impuso la prisión preventiva para José Manuel P.

Fuente: Aire de Santa Fe

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