
El merendero Corazones Felices de barrio Sarmiento tiene cada vez más demanda de los vecinos que buscan llevar algo de leche y algunos bizcochos a su casa.
Los merenderos se mantienen, fundamentalmente, por el aporte de otros vecinos que donan mercadería para que se pueda preparar un poco de leche y comprar algunos bizcochos.
Hasta el año pasado también tenían la colaboración de algunos docentes que aportaban también libros a los chicos que iban a la vecinal del barrio pero luego con la llegada de la pandemia todo eso desapareció y mermó la cantidad de personas que trabajan diariamente en el merendero.
La crisis económica que golpea a toda la población también comienza a sentirse en los merenderos. En este caso muchos siguen colaborando pero la cantidad que se dona es cada vez menos y esto impide al merendero poder avanzar con más días de trabajo.
“La necesidad del hambre es impresionante y duele”
https://www.youtube.com/watch?v=nnGuoSBV0rw&feature=youtu.be
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