Un hombre de 44 años fue condenado hoy en Santa Fe a la pena de 25 años de prisión por el homicidio de los integrantes de un matrimonio cuyos cuerpos no fueron encontrados y que se presume fueron desmembrados y tirados al río a la altura de la localidad de Arroyo Leyes, informaron fuentes judiciales.
La condena recayó sobre Daniel Eduardo Vasilosky, hallado responsable de las muertes de Benito Sosa (65) y de su esposa Estela Ríos (52), en un hecho ocurrido en 2017.
Tras el fallo, el fiscal Omar De Pedro consideró: “Es una pena que de alguna manera es un hito, porque demuestra que podemos llegar a probar (los crímenes), aún sin los cuerpos y evitar así cualquier tipo de impunidad para una persona que haya sido lo suficientemente eficiente para hacerlos desaparecer”.
La sentencia fue resuelta por unanimidad en el marco de un juicio oral y público que finalizó hoy en el tribunal que componen Sergio Carraro, Luis Octavio Silva y José Luis García Troiano.
Los homicidios fueron cometidos el martes 19 de diciembre de 2017 por la mañana en la zona del paraje ‘El Crespín’, a la altura del kilómetro 21 de la ruta provincial número 1.
“Sosa y Ríos salieron a pescar cerca de las 8 de la mañana. A las 8.21 el condenado recibió una llamada telefónica desde el celular de Sosa. Luego, el matrimonio se dirigió al paraje en el que estaba Vasilovski, de donde no salieron con vida”, añadió De Pedro.
Para la Fiscalía, “después de cometer los homicidios, el acusado arrojó los cuerpos de las víctimas al río y aprovechó sus conocimientos como baqueano de la zona para asegurarse de que no fueran hallados”.
De Pedro mencionó como claves para llegar a la condena que en el rancho de Vasilosky se hallaron pertenencias del matrimonio y sangre humana.
Sobre el móvil del doble homicidio, el fiscal señaló que “varios testigos hablaron de una situación de bronca previa, escucharon decir que los iba a matar”.
“La propia expareja (del condenado), que dice que a ella también la amenazaba, que la iba a cortar en pedacitos como hizo con esta pareja”, añadió el fiscal.
Benito Sosa y Estela Ríos desaparecieron el 19 de diciembre de 2017 y en ese momento comenzó una búsqueda exhaustiva, que involucró a personal de Prefectura Naval, Buzos Tácticos, Bomberos, la guardia rural Los Pumas y rastreo de perros.
Fueron estos últimos quienes encontraron en una casilla elementos pertenecientes a la pareja desaparecida: el motor de la lancha, el tanque de combustible y una caja de pesca, que fueron reconocidas por familiares de Sosa y Ríos.
Para De Pedro, los integrantes del matrimonio “llegaron con vida a un rancho y no pudieron salir vivos de este lugar”, lo cual fue probado gracias al trabajo de tres perros.
El fiscal añadió que quedó probado que “no fue un accidente porque la lancha estaba perfecta y ellos se manejaban muy bien en el río, a pesar de sus problemas de salud” y que “la lancha fue hundida en forma intencional”.
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