Con efectos devastadores sobre su economía y su población, cada vez más asustada, Italia se convirtió hoy en el país europeo con más contagios por el nuevo coronavirus -se registran 152 casos- y el cuarto del mundo después de China, Corea del Sur e Irán. En un domingo atípico, se registró una tercera muerte -una mujer de Crema, en Lombardía- y el norte del país, el área más afectada, se encontraba virtualmente paralizado, con las autoridades que decidieron tomar acciones extraordinarias para intentar frenar una emergencia también extraordinaria.
Al detectarse ulteriores contagios, 21, en la región del Véneto, el gobernador, Luca Zaia, decidió suspender a partir de esta tarde el tradicional carnaval de Venecia -un verdadero golpe psicológico y económico-, así como determinó el cierre de todas las escuelas y universidades durante una semana. La misma drástica medida fue tomada por las autoridades de la región de Lombardía, la más afectada, con 110 contagios, la de Piamonte (6 casos) y la de Emilia Romagna (9 casos). Allí decretaron asimismo cierres de museos, cines y cancelaciones de eventos públicos, religiosos, deportivos y de cualquier otro tipo, hasta el primero de marzo.
En medio de un clima de alerta y psicosis que hizo que fueran inhallables barbijos y alcohol en gel y fueran tomados por asalto supermercados del norte del país, el jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli, al frente del dispositivo para enfrentar la emergencia, aseguró que de los 152 casos que se registraron hasta ahora en cinco regiones -entre los cuales hubo tres muertos-, 25 personas se encuentran internadas en terapia intensiva y el resto, en condiciones estables, bajo observación.
Misterio
En una conferencia de prensa en esta capital Borrelli también confirmó que aún no se logró identificar al “paciente cero”, es decir, a la persona que dio inicio al contagio. Si bien en los días pasados se pensó que se trataba de un empresario que había regresado de China el 21 de enero y luego contagiado al denominado “paciente 1”, un hombre de 38 años de Codogno, pueblo de la provincia de Lodi, al sudeste de Milán, foco del brote, luego de varios tests, se descartó esta posibilidad. El hombre, en efecto, resultó negativo a varios exámenes y tampoco desarrolló anticuerpos.
“No identificamos aún al paciente cero y en este contexto es difícil hacer previsiones sobre la difusión del contagio”, admitió Borrelli, que destacó que al momento la única medida posible es “cerrar los territorios” implicados, tal como decretó el gobierno anoche con un decreto de urgencia.
“Lo que preocupa de la situación italiana es que no todos los casos registrados parecen tener una clara historia epidemiológica, es decir, una relación con viajes a China o contactos con otros casos confirmados”, dijo Hans Kluege, director de la Organización Mundial de la Salud en Europa.
Más de 50.000 personas de la zona “roja” que rodea la localidad de Codugno, en provincia de Lodi, al sureste de Milán y otras diez comunas aledañas se encuentran aisladas desde el viernes. En estas zonas, que parecen fantasma -calles desiertas, todo cerrado-, desde hoy está prohibido entrar o salir. En un dispositivo que tomó como modelo lo que se hizo en la ciudad china de Wuhan -donde comenzó el brote del Covid-19-, el gobierno del primer ministro, Giuseppe Conte, decidió aislar las zonas de riesgo, poniendo controles en los ingresos y poniendo en marcha “corredores estériles” para llevarle a la población bloqueada comida y medicinas. Al margen de suspenderse al menos cuatro partidos de fútbol de la serie A, también se dispuso la prohibición de tránsito de autobuses o trenes y la utilización de las fuerzas del orden para que se cumpla este virtual estado de sitio, con la posibilidad de multas para quienes trasgredan las medidas. Para controlar los accesos a las zonas selladas, han sido movilizados 500 policías.
Pérdidas millonarias
No hace falta decir que, en un país en recesión como Italia, que además vive del turismo, se esperan efectos económicos devastadores de esta inédita situación de pesadilla. El norte es la locomotora del país y el área más productiva: para dar una idea, las economías de Lombardía y el Véneto representan el 31% del PBI italiano y representan casi la mitad de las exportaciones de la península. El diario La Repubblica calculó que en las zonas bloqueadas por las medidas excepcionales, donde se encuentran centenares de pequeñas y medianas empresas que deberán mantener bajas sus persianas durante al menos una semana, podrían perder al menos 18 millones de euros al día. Sin contar de que la noticia de que Italia se ha vuelto el país europeo con más infectados, significará una catarata de cancelaciones de viajes y una baja del turismo dramática.
Fiel reflejo del clima de psicosis, los números telefónicos para llamar en caso de síntomas -112 y 1500- se encontraban colapsados. No por nada los expertos llamaban a no caer en el pánico e intentaban enviar mensajes tranquilizadores, al subrayar que si aumentaban los casos con el pasar de las horas era porque se estaban haciendo más de 3000 exámenes a posibles infectados, algo que no sucedió en otros países. Además, destacaban que más de la mitad de los contagiados no se encuentra en graves condiciones, sino con grandes probabilidades de curarse y que los tres fallecidos eran personas ancianas que ya sufrían otras patologías. Aún no había trascendido la edad de la tercera víctima, fallecida hoy en la ciudad de Crema, provincia de Cremona, en Lombardía, aunque se destacó que padecía un complejo cuadro oncológico.
“A mí me parece una locura. Confundimos una infección un poco más seria que una gripe por una pandemia letal y no es así”, escribió en su página Facebook María Rita Gismondo, directora del laboratorio del hospital Sacco de Milán, donde desde hace días se analizan las muestras de posibles casos de coronavirus.
Gismondo destacó que para ella lo que está ocurriendo “no es una pandemia” y recordó que “la semana pasada la mortandad por gripe fue de 217 muertes al día y que por coronvirus sólo 1”. “Nuestro laboratorio está haciendo exámenes todo el tiempo. Esta locura hará mucho daño, sobre todo desde el punto de vista económico. Les ruego, bajen los tonos y tengan un domingo tranquilo”, pidió.
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