Por Leonardo Rolón
Era el año 1872, el polvo de la fundación de Reconquista aún se posaba sobre los cimientos recién levantados del pueblo. Pero en ese momento de nacimiento, también nacía la necesidad de conectarse con el mundo más allá de sus fronteras.
El Comando Militar y los primeros pobladores comprendieron que la comunicación no solo era vital para la supervivencia, sino que también sería un hilo conductor de la comunidad incipiente. Así, la búsqueda de un sistema de correos comenzó.
En aquel entonces, el camino más seguro era establecer una conexión con la oficina de Correos y Telegrados en Goya, Corrientes. Un mensajero intrépido, conocido como chasque, tomaba la responsabilidad de transportar la correspondencia entre Reconquista y Goya. Montado en la cañonera “Luisita” o en los veleros que ocasionalmente surcaban el arroyo “El Rey” y el riacho “San Jerónimo”, este valiente correveidile llevaba noticias, sueños y esperanzas a través de las aguas que unían los mundos.
Sin embargo, la comunidad no tardó en darse cuenta de que este sistema primitivo y no oficial no podía sostenerse en el tiempo. El 9 de abril de 1875, el Gobierno Provincial otorgó a Thomas Moore, un norteamericano de la Colonia California, la responsabilidad de establecer una mensajería de correos entre la Colonia San Javier y El Rey (Reconquista). La semilla del correo de Reconquista se sembró con la subvención de 40 pesos mensuales.
Estos acontecimientos marcaron el inicio de una etapa más formal para el correo local, aunque todavía no oficial. Mientras tanto, el Coronel Manuel Obligado continuaba presionando a las autoridades para establecer oficialmente una dependencia postal en la comunidad.
Finalmente, en 1878, por decreto del Presidente Domingo F. Sarmiento, se estableció la creación de una Oficina de Correos “sin categoría” en Reconquista. El encargado de esta dependencia fue Nicasio Pando, un correntino recomendado por Obligado debido a sus conocimientos en el servicio postal. Sin embargo, la categoría de “no oficial” continuó por un tiempo.
El 19 de junio de 1883, una ley autorizó la construcción de una línea telegráfica que conectaría Santa Fe con Reconquista. Esta línea, dirigida por Hernán Muret y Emilio Derendinger, se completó en 1885. Esto marcó un punto de inflexión en la historia del correo de Reconquista, ya que la oficina de correos se fusionó con la oficina telegráfica en 1885, creando una Oficina Mixta.
A lo largo de los años, diferentes jefes y auxiliares dejaron su huella en la evolución del correo de Reconquista. En 1893, el servicio de encomiendas y valores declarados se sumó a las opciones de envío. Durante la jefatura de Emilio Kohli, se realizaron mejoras técnicas y se adoptaron equipos telegráficos del sistema Siemens y Habske.
El panorama cambió en los años ’40 con la política de nacionalización de servicios públicos bajo el gobierno de Perón. El Correo se convirtió en la Dirección Nacional de Correos y Telecomunicaciones. Más cambios siguieron, incluidos traspasos y reajustes en las décadas posteriores.
A medida que avanzamos hacia los años ’70, la empresa pública ENCOTEL tomó la responsabilidad del correo y las telecomunicaciones. Sin embargo, las circunstancias evolucionaron nuevamente con la entrada de empresas privadas durante la Dictadura Militar. El gobierno de Carlos Menem vio la transformación de ENCOTESA en una Sociedad Anónima y luego su privatización en 1997 a través de SOCMA, parte del grupo Macri.
Desde aquellos primeros pasos vacilantes a orillas del arroyo “El Rey” hasta el tejido de comunicación que conectaba pueblos y personas a lo largo de los años, el Correo de Reconquista ha sido testigo de una historia que refleja la evolución de la sociedad, la tecnología y la política. Cada sobre sellado, cada telegrama enviado, habla de la búsqueda constante de conexión y comprensión en un mundo en constante cambio.
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