
Por Aldo Sotelo
La historia de Reconquista tiene capítulos poco conocidos, pero profundamente significativos. Uno de ellos se remonta a septiembre de 1937, cuando un expresidente de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear, llegó a la ciudad en plena campaña electoral como candidato nuevamente a la presidencia. Lo hizo acompañado por su compañero de fórmula, Enrique Mosca, exgobernador de la provincia de Santa Fe y responsable de haber elevado a Reconquista a la categoría de ciudad. El subsecretario de Deportes de la Municipalidad, Aldo Sotelo, reconstruyó aquel episodio en diálogo con La Grieta.
“Llegó por agua, en una época donde la Ruta 11 era intransitable. Lo recibieron en el puerto del distrito El Rabón y desde allí fue trasladado a la ciudad por el antiguo camino que conectaba el puerto con el actual barrio Ombusal”, relató Sotelo. El viaje de Alvear se enmarcaba en el convulsionado escenario político de la llamada Década Infame, donde las elecciones se caracterizaban por el fraude patriótico y la manipulación de los resultados.
Alvear presidió un acto político multitudinario en la Plaza 25 de Mayo, con palcos montados especialmente para la ocasión y con la participación de figuras de peso nacional como Ricardo Balbín, David Pagano y el propio Mosca. Luego del acto, compartió un asado con simpatizantes radicales en el comité partidario, ubicado en aquel entonces en la esquina de Mitre y Belgrano, frente a la Sociedad Italiana, donde funcionaba también una antigua “cajita de crédito”. Más tarde, se realizó una cena más reservada con dirigentes en el distinguido Hotel Las Colonias, en la esquina de Iriondo y Belgrano.
Aquel 1937 era un año clave. Gobernaba el país una coalición conservadora llamada “La Concordancia”, y Alvear intentaba volver a la presidencia enfrentando a la fórmula oficialista integrada por Roberto Marcelino Ortiz y Ramón Castillo. Si bien Alvear contaba con el respaldo de importantes sectores del radicalismo, era criticado por los jóvenes de la agrupación FORJA, quienes lo consideraban demasiado conciliador con el gobierno de Justo, especialmente tras los acuerdos de carne con Gran Bretaña y los episodios trágicos en el Congreso que involucraron a Lisandro de la Torre y al senador Bordabehere.
La visita de Alvear no fue la única en ese contexto electoral. También pisó suelo reconquistense Nicolás Repetto, candidato del Partido Socialista, que aunque con bajo caudal de votos, tenía una fuerte presencia de dirigentes en la zona norte de Santa Fe. Repetto incluso eligió Reconquista como lugar para pasar unas vacaciones luego de la campaña.
Las elecciones de ese año, marcadas por un fraude escandaloso, dieron por ganadora a la fórmula Ortiz-Castillo con más del 55% de los votos en Santa Fe. En el sistema de electores de aquel entonces, duplicaron a Alvear y Mosca: 245 contra 127 electores. “Todo indica que en Reconquista también ganó Ortiz, pero con fraude. Aún estoy investigando los datos finales”, comentó Sotelo.
El fraude patriótico tenía como principal escenario el Correo: allí se manipulaban las urnas con complicidad —o bajo presión— de los empleados postales y la Policía. En aquella época, el jefe político de cada ciudad no era un intendente ni un legislador, sino el jefe de Policía, designado por el gobernador. Su poder era determinante en el desarrollo (y el resultado) de los comicios.
Durante la charla, Sotelo también trajo a la memoria anécdotas locales vinculadas a la historia política de la ciudad, como la elección de Isabel Torterola de Roselli como primera diputada nacional mujer por Santa Fe tras el voto femenino, o los cruces partidarios de época como cuando, según cuenta, desde la casa de Roselli pusieron música a alto volumen para interferir un discurso de Ricardo Balbín en una campaña posterior.
La visita de Marcelo T. de Alvear a Reconquista forma parte de esas historias olvidadas que merecen ser rescatadas. Fue la primera vez que un expresidente de la Nación en campaña pisó esta ciudad, compartiendo actos, comidas, discursos y estrategias con la dirigencia local. Fue también una postal del país que éramos, con un sistema electoral viciado pero con figuras políticas que marcarían la historia.
Como cerró Sotelo: “Hoy parece que vienen menos que hace cien años. Pero la historia está ahí, para recordarnos que Reconquista también fue escenario de los grandes debates del país”.
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