En el libro Curiosidades de la Historia de Reconquista, Leonardo Rolón y Gerardo González (2019), cuentan la interesante historia sobre el principal monumento de la ciudad de Reconquista.
El día que rodó la cabeza de Obligado
En 1870, cuando Argentina se hallaba en pleno proceso de organización y modernización del Estado, superados los conflictos externos como la Guerra del Paraguay y las rebeliones internas, el Estado estuvo en condiciones de asegurar las fronteras internas y extender las áreas productivas.
En nuestra región, por auspicio del General Urquiza, se establece la Colonia Dolores, que luego paso a llamarse Ausonia, en los antiguos territorios de San Jerónimo, sobre la margen derecha del arroyo El Rey. Pero la experiencia fue breve ya que en 1871 fue abandonada debido al continuo ataque de los Tobas.
Esto hizo que el entonces Presidente Domingo Faustino Sarmiento decidiera emprender una campaña para recuperar y extender la frontera norte del país.
Para ello convoca al Teniente Coronel Manuel Obligado, militar porteño que se había destacado en la Guerra del Paraguay y en el sofocamiento de rebeliones internas como la de López Jordán, caudillo entrerriano, y la revolución santafesina que quiso derrocar al Gobernador Don Nicasio Oroño.
Para esta empresa, Obligado reclutó a los Abipones de la reducción de San Jerónimo del Sauce, que se convirtieron en la vanguardia del ejército del norte, llevando por nombre “Lanceros del Sauce”.
Una vez organizados sus hombres, Obligado llegó hasta El Rey, donde el 27 de Abril enarbola la bandera e instala sus tropas alrededor de una laguna, en donde es actualmente la Plaza 25 de Mayo. Allí dejó asentada la comandancia y la caballería, mientras que la escolta indígena quedó guarnecida en el extremo noroeste sobre el arroyo, lugar que hoy ocupa el Tiro Federal de Reconquista.
En junio, en una noche de frío y niebla, un malón de indios atacó el fuerte dejando víctimas fatales, entre ellos el Sargento Wenceslao Paz. Los Lanceros del Sauce, al encontrarse lejos del lugar donde ocurrió el ataque, no pudieron socorrer a los soldados.
Luego del ataque, los aborígenes y Obligado negociaron la paz en El Cocal. Por disposición de la Comandancia se creaba la Reducción de la Purísima Concepción, que estaría compuesta por Tobas y Mocovíes.
El 22 de noviembre de 1872, el Gobernador Simón de Iriondo, mediante Decreto Nº 430, autorizaba la creación de un pueblo y una colonia agrícola con el nombre de Reconquista, destinando “una superficie de cuatro leguas cuadradas, en el lugar denominado El Rey (….)”. “El área expresada se dividirá en solares para edificios en el pueblo, y lo demás del terreno en suertes de quintas y chacras (….)”
El nuevo poblado y la colonia estaban ya diseñados por Jordan Wysozcki, un ingeniero de origen polaco que también delineó toda la línea de fortines de la frontera norte de Santa Fe, mandada a levantar por el Coronel Manuel Obligado. El pueblo estaba diseñado a partir del trazado urbano de Indias que establecía alrededor de la plaza central las principales instituciones del pueblo.
Obligado comenzó el reparto de las tierras entre las personas que llegaron con él hasta Reconquista, entregando los solares de la delineada ciudad a quienes reunían las condiciones de población requeridas por ley.
A partir de 1879, con la llegada de los primeros inmigrantes, fue completando dicho reparto entregando las chacras y quintas aledañas.
La llegada de estos inmigrantes a la colonia dió paso para el desarrollo y el despliegue del capitalismo en la región. Pero este naciente capitalismo tendrá inicialmente un desarrollo primario con las pequeñas industrias artesanales con mano de obra familiar; se pueden señalar actividades como ladrillerías, industria maderera, herrería y mecánica, negocios de ramos generales, jabonerías, industrias del tabaco y la construcción. Todos ellos tendientes a abastecer a una población creciente, en franca expansión, y en donde la demanda se acrecentaba en forma vertiginosa.
Monumento en reconocimiento
El monumento de Manuel Obligado es una de las obras emblemáticas de la ciudad, no solo por su valor histórico sino también por el lugar en donde está emplazado, ni más ni menos que en el centro de la Plaza 25 de Mayo.
Es uno de los pocos mausoleos públicos que tiene el país. Pero en sus inicios no se construyó para albergar los restos del fundador, sino que solamente era un monumento que lo honraría.
Este monumento fue construido, muy a pesar de sus detractores, con dinero que salió del pueblo. De hecho, el Estado no aportó un solo peso para la construcción y todo se consiguió mediante el esfuerzo de las familias que aportaron dinero, en algunos casos unos pocos centavos, y en otros de varios cientos de pesos -lo que era realmente por entonces de mucho valor-. Los aportes llegaron principalmente de habitantes de Reconquista, pero también hubo familias de la región que dijeron presente ante la posibilidad de colaborar para dicha construcción.
Eran los tiempos del cincuentenario cuando se erigiría el monumento que daría gloria a quien fuera el hombre que reconquistó estas tierras en nombre del Ejército Argentino.
La monumental obra se mandó a construir con el reconocido artista Juan Carlos Oliva Navarro, un artesano nacido en Montevideo, Uruguay, en 1888 y que murió en Buenos Aires en 1951. Cuando fue contratado por la ciudad de Reconquista para construir el monumento a Obligado, Oliva Navarro ya contaba con numerosas obras de enorme trascendencia a lo largo y ancho del país. En la actualidad, sus esculturas de bronce siguen en el mercado y se venden a muchos miles de dólares.
Es difícil saber cuánto costó realmente el monumento, pero se estima unos varios miles de pesos. Las colectas de los vecinos incluso se publicaban en los diarios de la época, y puede leerse incluso cuánto aportó cada uno de ellos. Los montos arrancaban en pocos pesos, incluso centavos, y terminaban en varios cientos de pesos que eran aportados por los hombres y mujeres de la alta sociedad.
Por aquellos tiempos, el aniversario de la fundación de la ciudad se celebraba en el mes de noviembre, y no como en la actualidad, donde se colocó como fecha el 27 de abril.
Volviendo al monumento de Obligado, el gobierno erigió en su lugar un pedestal donde luego se colocaría el bronce de cuerpo entero del General. El Diario Tribuna, en su edición del 25 de Noviembre de 1922, cuenta que la celebración se realizó de todos modos pese a que había sido decretada la suspensión.
“Cuando se suponía que el día del aniversario iba a pasar inadvertido por la postergación de los festejos decretada, ocurre que nuestra ciudad por entero dispone sus entusiasmos patrióticos por celebrar elocuentemente el día augusto en que se cumplieran los 50 años de vida de esta comarca privilegiada.
El miércoles último sirvió, pues, para ratificar el amplio respeto que nuestra sociedad guarda para el suceso y sus heroicos actores.
Disparos de bombas hechos en todas las horas sirvieron para mantener vivo y latente el recuerdo popular.
Por la mañana los pobres recibieron carne en obsequio, merced a la generosa contribución de la señora Leda M. de Pavarín.
Más tarde, a las 10 horas, un numeroso público acudió a la iglesia parroquial donde el padre Caramuto ofició su solemne tedeum.
De allí los circunstantes se dirigieron al pie del pedestal que sostendrá la estatua del glorioso fundador don Manuel Obligado en cuya memoria se soltaron a los aires atronadores vivas y hurras”.
Pero, a decir verdad, en los diarios no se aclara exactamente el por qué de la suspensión de los actos y solo hay una breve mención perdida en uno de ellos, donde se cuenta que el monumento se rompió en el momento en que se estaba terminando. Aparentemente se le estaban dando las últimas cinceladas al bronce cuando el cuello se marcó y la cabeza de obligado rodó por el suelo.
Esta circunstancia es parte de un fuerte debate en la actualidad entre los que consideran que en realidad se rompió por completo el monumento, y quienes aseguran que solo se rompió el cuello y cayó la cabeza.
Lo cierto es que el monumento no pudo ser descubierto el 22 de noviembre de 1922 como estaba previsto, y el artista tardó dos años y medio en tenerlo listo nuevamente.
Oscar González, en su libro “Reconquista mi ciudad”, hace mención a la instauración del monumento como uno de los hechos más importantes de la ciudad.
“El mayor acontecimiento para la ciudad solo comparable a aquel en que Reconquista fue declarada ciudad, fue el realizado en 1925 con la inauguración del monumento que perpetuó la memoria de fundador General Manuel Obligado. El año anterior, a invitación del Intendente Municipal, se forma una comisión de homenaje que tendrá por misión concretar la iniciativa del monumento. La misma la presidirá el Sr. David Pagano, decidiéndose que los costos que la misma demande sean provenientes de una colecta popular, solicitándose asimismo la contribución militar del Ejército Nacional. Para la realización de la obra se invita al proyectista y escultor porteño Sr. Oliva Navarro quien al presentar la maqueta, su proyecto fue aprobado encargándosele la ejecución de la misma. Concluida la obra se elige la fecha del acto inaugural y que queda decidido para el 24 de junio, al cumplirse el cincuenta y tres aniversario de aquella batalla que contra el aborigen libraran las tropas del entonces Coronel y que diera el nombre a nuestra ciudad”.
Sin ánimo de contrariar al docente que ha dejado a la ciudad uno de los mejores libros de historia con los que se puede contar, diremos que en realidad la colecta comienza en el año 1921 para poder llegar al año siguiente con el monumento, pero esto no fue posible y sí finalmente años más tarde se terminó colocando el bronce sobre el pedestal el 24 de junio, con el aniversario de la última oleada aborigen que genera “la reconquista” del territorio.
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