Chodos vuela a Washington y será el nexo cotidiano con el Gobierno. La cuestión fiscal, el dólar y el pacto social, ejes de la agenda del Fondo en el país. Todesca abrió la puerta a un acuerdo de Facilidades Extendidas, que implica más condicionalidades. En noviembre, nueva visita.
La misión presencial del Fondo Monetario Internacional partió este domingo de regreso a Washington luego de cinco días plagados de reuniones con funcionarios del gabinete económico, dirigentes de la oposición, empresarios, agroexportadores, sindicalistas, movimientos sociales y economistas. Fue una visita exploratoria, en la que los enviados analizaron los números de la crisis, escucharon los planes oficiales y sondearon el clima político y social sobre el que se desarrollará la negociación del nuevo programa que permita refinanciar los USD45.000 millones que llegaron a desembolsarse del acuerdo firmado Mauricio Macri. El Gobierno y el organismo preparan una próxima misión para noviembre en la que se pondrán sobre la mesa las características del compromiso.
Julie Kozack, número dos del FMI para la región, y Luis Cubeddu, encargado del caso argentino, volaron hacia la capital estadounidense en el mismo avión que Sergio Chodos, el representante por Argentina y el Cono Sur en el directorio del organismo. Los tres y el resto del staff del Fondo trabajarán en el edificio de la calle 19 donde la entidad tiene su sede. Chodos será el nexo cotidiano entre el Gobierno y el equipo de Kristalina Georgieva de acá a la siguiente visita, le dijeron fuentes oficiales a BAE Negocios.
Sobre las características del programa a acordar aún no hay mayores precisiones. Lo que dejó en claro el ministro de Economía, Martín Guzmán, es que no pedirá dólares frescos para engrosar las reservas, que experimentan una sangría sostenida, sino que se limitará a refinanciar y extender el plazo de repago de la deuda actual con el organismo, con un período de gracia de al menos tres años. Buscará tiempo para reactivar la economía y reducir de forma gradual el déficit fiscal.
En ese sentido, en una entrevista con Clarín, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco, dijo que es difícil que se firme un nuevo stand by, un modelo de programa que da entre tres y cinco años de plazo para el repago. “Uno de Facilidades Extendidas (EFF por su sigla en inglés) da más plazo y pide más condicionalidades. Quizá podamos ponernos de acuerdo en esas condicionalidades que el FMI suele pedir o el organismo a lo mejor esté pensando en negociar algo distinto, no lo sabemos todavía”, afirmó.
Respecto del recetario made in Washington, pese a que saben que el ideario del organismo no cambió en lo sustancial, en el Gobierno confían en un Fondo menos duro en términos fiscales y cambiarios. Citan las palabras de Georgieva en la CNN la semana pasada, donde planteó que no pedirá más ajuste en este contexto de pandemia. Aunque lo cierto es que el proyecto de Presupuesto 2021, que forma parte de las conversaciones con el staff, ya estipula la eliminación de las partidas de emergencia, como el IFE y el ATP.
En cuanto al cepo, fuentes oficiales aseguraron que no será una traba para el acuerdo: recordaron las discusiones con el equipo económico de Macri que se rehusaba a aplicar restricciones a la salida de divisas y la posición al respecto de Kozack, quien negoció con Islandia el primer control de cambios duro en la historia del FMI.
Mientras monitorea el impacto, por ahora muy limitado, de las últimas medidas para contener la tensión cambiaria y las presiones devaluatorias y discute posibles retoques, el presidente Alberto Fernández afirmó en el Cohete a la Luna que espera que un pacto con el organismo que valide una reducción gradual del déficit ayudará a calmar al mercado: “En el contexto de los programas fiscales con el Fondo podremos ordenar el problema de la divisa”. Algo que también esperaba tras el acuerdo con los bonistas.
Otro de los ejes de la visita del FMI fue sondear las condiciones para recrear un pacto social, tal como promovía Fernández en campaña y como buscó escenificar el lunes pasado, el día previo a la llegada de Kozack y Cubeddu. Un acuerdo que sustente los lineamientos que emerjan del programa a firmar. Por eso, los enviados del Fondo se reunieron con representantes de distintos sectores del empresariado local, con la CGT y con dirigentes del Movimiento Evita.
El viernes, en un encuentro con Gustavo Idígoras, el titular de Ciara-CEC (las cámaras aceitera y de exportadores de cereales), y José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la delegación del organismo planteó la necesidad de “impulsar el diálogo entre empresarios, sindicatos y Gobierno que apunte a generar un clima de negocios”, contaron algunos de los presentes.
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