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El Obispo Ángel Macín recordó emocionado al Papa Francisco y pidió continuar su legado de apertura en la Iglesia

En una entrevista exclusiva con La Grieta, el Obispo de Reconquista, Ángel José Macín, se refirió con profunda emoción al fallecimiento del Papa Francisco, destacando su legado de cercanía, humildad y transformación dentro de la Iglesia Católica. “Estamos conmovidos por lo que significa para nosotros”, expresó Macín, recordando su vínculo personal con Jorge Bergoglio, a quien conoció antes de su elección como Sumo Pontífice en 2013, el mismo año en que él mismo fue nombrado obispo.

Macín relató que mantenía una relación cercana con Francisco: encuentros anuales en Roma, comunicaciones por correo electrónico y conversaciones telefónicas. “Siempre sentí una sintonía especial con él. Su pérdida la vivo también en lo personal”, señaló. Según contó, el Papa solía recibirlo en su residencia de Santa Marta, en reuniones que combinaban reflexiones profundas sobre la realidad de la Iglesia con el humor que caracterizaba a Francisco.

“Murió en sus leyes”

Consultado sobre las circunstancias de la muerte de Francisco —quien había reaparecido en público tras una prolongada internación médica—, Macín sostuvo: “Me pareció dramático su recorrido tras el episodio de salud. Pero murió en sus leyes, como decía un sacerdote amigo: amaba recorrer la Plaza San Pedro, tomar mate, saludar a la gente”. Sobre las críticas mediáticas que señalan una posible negligencia del Vaticano al permitirle participar en la Misa de Resurrección, el obispo expresó comprensión hacia el deseo personal del Papa: “En cierta forma, nadie iba a poder detenerlo”.

Para Macín, el hecho de que Francisco haya participado en la Misa de Pascuas y fallecido pocas horas después constituye una “coincidencia muy especial”, una “prolongación de la Pascua”. “Fue su modo de cerrar el ciclo de su vida”, reflexionó.

Un Papa cercano, sencillo y con sentido del humor

Durante la entrevista, el obispo pintó un retrato íntimo del Papa: “Era muy ameno, sencillo en el trato personal, capaz de captar situaciones y decir la palabra justa. Siempre sacaba algún chiste para distender las conversaciones”. Recordó que incluso en las comunicaciones escritas, Francisco mantenía su estilo personal: “Me respondía siempre. A veces manuscrito, con letra chiquitita que necesitaba lupa para leer, pero siempre leía todo y contestaba con dos o tres líneas que iluminaban todo lo que uno le había planteado”.

Para Macín, Francisco fue un líder que se sacaba “el traje de Papa” en su modo de comunicarse, mostrando una autenticidad que, según augura, será difícil de igualar.

El futuro de la Iglesia y el próximo cónclave

Sobre el futuro inmediato de la Iglesia, el Obispo de Reconquista sostuvo que desconoce qué rumbo tomarán los cardenales en el cónclave, aunque expresó su deseo de que se continúe la línea aperturista de Francisco: “No fue algo improvisado. Él fue dando paso a paso una propuesta de una Iglesia más abierta. Ojalá se profundice y afiance”. Sin embargo, admitió que hoy no visualiza claramente a un candidato que encarne ese perfil.

Consultado sobre el procedimiento para elegir al nuevo Papa, explicó que, tras los funerales, los cardenales menores de 80 años se reunirán en Roma en un proceso de reflexión, votación y búsqueda de consenso. “Serán alrededor de 119 cardenales electores, que deberán reunirse y alcanzar una mayoría de dos tercios para elegir al sucesor”, explicó. Sobre su participación, aclaró: “Los obispos no tenemos obligación de viajar. Solo los cardenales. Yo, personalmente, no voy a viajar ahora. Tal vez más adelante, cuando todo esté más tranquilo”.

Macín también aclaró que si decidiera asistir por voluntad propia debería costearse el viaje y estadía, algo que hoy no está en sus posibilidades. “Me encantaría poder ir, pero no me da el cuero”, dijo, entre risas.

“Argentina no era el ombligo del mundo”

La entrevista también abordó las críticas políticas que Francisco recibió en Argentina, especialmente por ser tildado de “Papa peronista”. Para Macín, esas críticas partieron de una mirada localista y limitada: “El Papa tenía una mirada sobre el mundo mucho más amplia. Argentina no era el ombligo del mundo. Acá se magnificaba cualquier gesto o palabra suya como si todo girara en torno a nosotros, cuando él lidiaba con problemáticas muchísimo más graves en África, Asia o Medio Oriente”.

Si bien admitió que Francisco pudo haber tenido gestos de simpatía hacia personas de ciertos espacios políticos, Macín aclaró: “No creo que haya querido incidir en la política argentina. Su incidencia fue menor y no fue su intención marcar los destinos del país”.

Un legado de apertura y diálogo

Finalmente, el obispo reiteró su deseo de que la Iglesia profundice el legado de Francisco: la sinodalidad, el diálogo interreligioso, el cuidado del medio ambiente y la reconsideración del lugar de la mujer dentro de la Iglesia. “Son avances que sería muy bueno continuar. Francisco nos dejó un modelo de cercanía y compromiso que debe ser nuestro faro”, concluyó.

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