Para que pueda reactivarse la siembra en Buenos Aires deberían llover al menos 10 mm. La Bolsa de Comercio de Rosario estimó que el área de trigo cierra con 1,3 millones de hectáreas: 400.000 menos que en la campaña anterior y 150.000 menos de lo que se esperaba.
La llegada de lluvias en los próximos días permitiría retomar la siembra de trigo en algunos lotes del área agrícola, demorada por la falta de agua en el suelo, pero no impediría la disminución de la superficie que se esperaba destinar al cereal.
“La escasez de humedad en el suelo -junto con las bajas temperaturas- podría disminuir la superficie estimada para el cereal a nivel nacional”, advirtió la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba).
En ese sentido, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó que “el área de trigo en la región cierra con 1,3 millones de hectáreas: 400.000 menos que en la campaña anterior y 150.000 menos de lo que se esperaba hasta hace una semana”.
Según la BCR, “los productores están esperando las posibles lluvias de este domingo con las sembradoras listas y encendidas”, pero para que pueda reactivarse la siembra en Buenos Aires “deberían llover al menos 10 mm”.
Para el especialista José Luis Aiello, “los pronósticos de corto plazo indican la continuidad del tiempo frío, con alta nubosidad y condiciones de tiempo inestable durante este fin de semana, con la posibilidad de algunas lluvias y tormentas, aunque sin acumulados demasiado importantes”.
En su Perspectiva Agroclimática para los próximos días, la Bolsa de Cereales pronosticó temperaturas bajo lo normal, seguidas por un ascenso térmico, finalizando con precipitaciones sobre el centro-este del área agrícola, y registros escasos sobre el resto, con fuertes nevadas cordilleranas.
“El paso de un frente de tormenta producirá precipitaciones de variada intensidad sobre el Centro-Este del área agrícola, mientras que la mayor parte de su extensión recibirá registros escasos a nulos, y la Cordillera registrará fuertes nevadas en toda su extensión”, precisó la entidad.
Según el consultor Alfredo Elorriaga, “el este de la región núcleo, podría ser beneficiada; los mayores registros estarán acotados especialmente al noreste de Buenos Aires”.
“Es posible que, como todos los inviernos, puedan darse algunas jornadas con circulación oceánica que promueven lluvias sobre la costa y sectores del sudeste bonaerense, aunque difícilmente con proyección hacia el oeste mediterráneo”, agregó Aiello, quien sin embargo consideró difícil que “se diferencie de lo que sucedió durante el último bimestre”.
En ese sentido, desde la Fauba, Adela Veliz recordó que las lluvias de junio fueron “extremadamente escasas, con valores muy por debajo de lo normal en casi todo el país, salvo en un área de la región chaqueña y en la cordillera norpatagónica, donde se registraron nevadas abundantes en los últimos días”.
Según Veliz, esa situación hizo que “empeoraran las condiciones de sequía en gran parte del área agrícola de secano, a excepción del sudeste de la provincia de Buenos Aires; sin embargo, las condiciones deficitarias se acentuaron en el centro de Buenos Aires, en la zona núcleo y en gran parte de la provincia de Córdoba”.
“Para el trimestre julio-agosto-septiembre, la precipitación será inferior a la normal en el sudoeste de las regiones Pampeana y de Cuyo”, consideró la también docente de la Fauba María Elena Fernández Long, quien agregó que “sería normal o inferior en el centro-norte del territorio nacional, en el este de la Región Pampeana y en la Patagonia. Mientras tanto, en el sur patagónico y en el sur de la Mesopotamia, las lluvias presentarían valores normales”.
El informe de la Fauba destaca que en el resto de las regiones las escasas reservas, sumadas a las temperaturas bajas que se vienen registrando desde junio causaron, en muchos casos, fallas y retrasos en la emergencia del cereal, lo que provocaría un recorte en la superficie estimada a nivel nacional al principio de la campaña, que -según información de los organismos oficiales- era de 6,7 millones de hectáreas.
En ese sentido, según la BCR, la siembra de trigo 2022/23 en la región núcleo comenzó hace dos meses con la humedad muy justa y altos costos, y se proyectaba 10% menos del cereal a sembrar respecto de 2021; pero el área esperada fue cayendo por el déficit de agua y así la intención bajó 23%.
Las lluvias de los próximos días permitirían sembrar algunos lotes en general y sólo en el NE bonaerense -si llueve bien, aclara la BCR- se completaría lo que se ha quedado sin posibilidades.
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