Por el impacto del parate económico en el empleo y los ingresos, especialistas prevén un fuerte deterioro de las condiciones de vida. Los escenarios más optimistas marcan que la pobreza subiría al 40%. Los más pesimistas, que alcanzaría a la mitad de la población.
Pese al amplio paquete de medidas desplegado por el Gobierno para mitigar los efectos de la cuarentena en las condiciones de vida, el parate económico dejará un fuerte impacto social. En eso coinciden todos los analistas, quienes adelantan un nuevo salto de la pobreza durante el primer semestre. Las proyecciones más pesimistas señalan, incluso, que este flagelo podría llegar a afectar a alrededor de la mitad de la población.
El último dato oficial del Indec mostró que Mauricio Macri se despidió del Ejecutivo con una tasa de pobreza del 35,5% en el segundo semestre de 2019, es decir que durante el último mandato unos 4 millones de argentinos pasaron a ser pobres, de acuerdo con la serie reconstruida luego del apagón estadístico por los especialistas Federico Favata, Daniel Schteingart y Guido Zack, que ubicó el indicador en 26,9% en la segunda mitad de 2015.
El martes, el Indec informó que las canastas básicas total y alimentaria, que marcan las líneas de indigencia y pobreza, subieron en marzo 3,4% y 3% respectivamente. Así, una familia tipo de cuatro integrantes necesitó $41.995 para no ser pobre. Así, el deterioro en las condiciones de vida habría continuado en los tres primeros meses del año, aún antes de que se sintiera el impacto pleno del coronavirus.
En base a los datos oficiales disponibles, el econometrista especializado en indicadores sociales Martín Rozada calculó que en el “semestre móvil” que se forma entre el cuarto trimestre de 2019 y el primero de 2020 (una información que no publica el organismo que preside Marco Lavagna ya que sólo mide los “semestres calendario”) el porcentaje de personas pobres llegó al 37,7%.
Tres escenarios para el primer semestre
Pero, parate económico mediante, está claro que lo peor llegará en el seguno trimestre. Rozada trazó tres escenarios para estimar cómo podría evolucionar la pobreza en la primera mitad del año, un dato que el Indec recién dará a conocer en septiembre.
En el “escenario optimista”, en el que perderían sus ingresos los trabajadores no formales o cuentapropistas en ocupaciones no compatibles con el teletrabajo, mientras que el resto recibiría su remuneración habitual, la pobreza alcanzaría el 40,1%. Esta suba de casi cinco puntos respecto del semestre anterior se daría pese al efecto paliativo del ingreso familiar de emergencia (IFE) y los pagos adicionales a jubilados y beneficiarios de la AUH, entre otras medidas de emergencia, que “impactan más en la indigencia que en la pobreza”, según el analista.
La proyección es similar a la que realizó el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de La Plata, que estimó una pobreza del 39,6% luego del anuncio del IFE.
“Los efectos negativos de corto plazo de la cuarentena implicarían un aumento significativo de la pobreza y la desigualdad de ingresos, aun considerando el efecto paliativo del IFE y otros bonos de ayuda social”, sostuvo el informe del Cedlas.
El “escenario moderado” que trazó Rozada supone que la crisis actual tendría una dinámica del mercado de trabajo similar a la recesión de 2009, en cuanto a la evolución de las tasas de empleo, desempleo y actividad y al ingreso total familiar. En este caso, la incidencia de la pobreza en el primer semestre sería de 42,7%.
Mientras que el “escenario pesimista” supone que esas mismas variables tendrían una tendencia semejante a la de la crisis de 2001-2002. En este escenario la tasa de pobreza llegaría al 54,2%.
¿Qué puede pasar?
Consultado por BAE Negocios, Rozada consideró que el primer escenario “es optimista porque no incluye las negociaciones de suspensiones con rebajas salariales para sostener el empleo que están acordando gremios grandes con algunas industrias”. Es el caso del acuerdo de recortes de hasta el 75% a cambio de sostener puestos de trabajo que firmaron la CGT y la UIA y reglamentó el Ministerio de Trabajo.
Así, el econometrista sostuvo: “Le asigno menos probabilidad al escenario optimista. A mí me parece que hay muchas probabilidades de que la dinámica de 2009 sea el piso. Es decir, que esta crisis sea mucho peor. Ahora está todo parado. Esa es la diferencia con una recesión tradicional. Pero hay que esperar para ver cómo se desenvuelve”.
Pese a que aún no hay datos oficiales disponibles de este mes, el deterioro de los ingresos ya se hace sentir. A raíz de eso, por ejemplo, se disparó el endeudamiento familiar. Según un informe del CERX, actualizado al 24 de abril, el 80,8% de los hogares quedó con deudas promedio de $149.000 ante la necesidad de cubrir sólo los gastos imprescindibles. No sólo con la tarjeta de crédito y los préstamos peronales, que representan dos tercios de los pasivos totales, sino que crecieron fuerte el atraso en el pago de servicios e impuestos y los riesgosos créditos de los prestamistas y las financieras.
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