Estudiar sin energía, la peor desigualdad

La familia Pérez, es solo un ejemplo de muchas que hoy están luchando para poder conseguir el servicio eléctrico en la ciudad de Reconquista. Ellos viven en lo que se conoce como el Callejón de La Cortada, uno de los barrios más humildes de la ciudad. “No queremos nada regalado, queremos pagar lo que haya que pagar”, dijo Omar “Peco” Pérez, padre de familia.

Los “Pérez” viven en ese lugar desde hace más de 80 años, “acá vivieron mis abuelos, mis padres, y ahora están mis hijos, es decir que somos la cuarta generación en el lugar. Mi padre falleció a los 84 años y ya vivía desde chiquito acá con mis abuelos. Estamos a una legua del barrio (unos 4 km.), para trabajar o estudiar tenemos que padecer que no tenemos energía eléctrica y cuando llueve salir con barro como podamos”, dijo Perez.

Para las familias del fondo del callejón están faltando unos 3.500 metros para que llegue el tendido eléctrico, “gracias a Dios tenemos agua, pero nos falta la energía. Después está el tema de la inseguridad para mis hijas cuando vienen por el callejón, nosotros somos grandes, pero mis hijas tienen que hacer esos kilómetros en total oscuridad”, precisó Peco.

En total son 74 familias que viven en El Callejón de La Cortada, donde todos están de acuerdo en pagar el servicio que pueda brindarles la Empresa Provincial de la Energía. Ya estaría el estudio de factibilidad, pero falta decisión política para poder realizarlo.

El estudio

“Mis hijas terminaron la escuela secundaria estudiando con velas, con candiles, y es todo un sacrificio que hicieron, olvídate de la Internet, o de tener que hacer un trabajo en computadora, siempre tuvieron que salir a algún Ciber para poder hacerlo”, contó.

“Hicimos presentaciones en el Concejo, en la EPE, al senador Marcón, pero el que tiene la decisión de hacer el tendido es el intendente (Amadeo Vallejos), todavía no podemos reunirnos con él. Todos firmaron para que pueda hacerse, pero la decisión es del intendente que nunca contestó la posibilidad del tendido eléctrico”, dijo Peco.

Las hijas de la familia Pérez quieren seguir estudiando, “pero es imposible hacerlo así, imagínate querer seguir estudiando ahora en Pandemia y nosotros sin energía eléctrica y sin Internet”, dijo.

La familia cuenta con un pequeño generador que lo utilizan para casos extremos, “no podemos tener remedios, los tenemos que llevar a la casa de mi abuela y ponerlos en la heladera porque sino no aguantan”, dijo Brisa, una de las hijas. “Además con el precio de la nafta para el generador hoy nos conviene pagarle a la EPE todo el trabajo y tener la energía propia”.

Todas las hijas de la familia Pérez se recibieron en la Escuela de Comercio, “y siempre lo hicimos a fuerza de estudiar de día o cuando teníamos que hacerlo a la noche con candil, mecheros o velas que nos íbamos pasando para poder ver lo que teníamos que estudiar con los libros, porque cero Internet”, señaló Brisa.

“Necesitamos la luz eléctrica, nosotros queremos seguir estudiando, ya somos grandes, pero mi hermanito también querrá seguir estudiando y tiene derecho, yo veo que mis compañeros tienen televisión, o un celular, o un ventilador en un día de calor, si hace calor salimos a tirar los colchones afuera y nos abanicamos con algún cartón, o hacemos humo con algo porque sino nos comen los mosquitos”, sentenció Brisa.

Por su parte, otra de las hijas de Pérez, Aldana, con 18 años, también recibida en la Escuela de Comercio, confirmó que “para nosotros es muy común una vela, un mechero, costó mucho salir hasta la ciudad, venir de noche, siempre nosotros teníamos que ir a la casa de los compañeros porque no podemos brindarles la luz, ellos entienden también cómo es nuestra situación”.