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El pasado lunes, Estela y Liliana Meza, familiares de las víctimas del triple crimen de Viguasal ocurrido en 2000, participaron en una audiencia preliminar donde se trató la posible prescripción de la causa. En una entrevista con La Grieta, expresaron su indignación por la falta de avances en la investigación y manifestaron su decepción con el sistema judicial.
La audiencia, que fue convocada por la defensa de Carlos Cano, único imputado en el caso, tuvo como objetivo determinar si la causa ya había prescripto. A pesar de no estar obligadas a asistir, las hermanas Meza decidieron presentarse para escuchar el desarrollo del proceso. “Nos pusimos de acuerdo como familia y dijimos, aunque tengamos que recordar todo otra vez, vamos a ir”, afirmó Estela Meza.
Un crimen aberrante y sin justicia
El triple crimen del Biguazal conmocionó a la región el 3 de enero del 2001, cuando fueron asesinados José Meza, su hijo Juan Carlos y el vecino Matías Duarte. Las víctimas fueron acribilladas con extrema violencia. “A mi papá le pegaron un hachazo por detrás, mi hermano recibió un disparo directo y Matías murió con un escopetazo en la boca”, relató Estela en la entrevista.
A pesar de la gravedad del crimen, la investigación judicial estuvo plagada de irregularidades. “La escena del crimen se contaminó desde el primer día. La policía no perimetró bien el lugar, y los periodistas caminaron por la zona, alterando evidencias”, recordaron.
El dolor de enfrentar el proceso sin avances
En la audiencia, las hermanas Meza se enfrentaron nuevamente a detalles del caso que, según indicaron, muchas veces les fueron ocultados. “Ayer fue la primera vez que vimos las armas que mataron a nuestros familiares, después de 24 años”, señalaron. Además, se mostraron sorprendidas al enterarse de la existencia de dos relojes, cuando en su momento se aseguró que el reloj en posesión de Cano no coincidía con el de su hermano.
Uno de los puntos que generó mayor indignación fue la información sobre la inacción del fiscal Alejandro Rodríguez, quien tuvo la causa en sus manos durante los últimos cuatro años sin avances significativos. “Nos enteramos en la audiencia que el fiscal tuvo 17 o 18 cuerpos de expediente sin leer. Eso nos confirma que nunca hubo intención de esclarecer el caso”, denunciaron las hermanas.
Una investigación que se centró en una sola teoría
Desde el inicio, la investigación se enfocó en Cano como único responsable del crimen, bajo la hipótesis de que asesinó a las víctimas para robar un reloj. Sin embargo, las hermanas Meza sostienen que hubo otras personas involucradas. “Nos hicieron creer que fue un simple robo, pero nosotros creemos que hubo más responsables”, aseguraron.
Además, mencionaron una teoría que indicaba que las víctimas podrían haber sido atacadas por error, ya que en la misma zona se encontraban otras personas con el apellido Meza. “Siempre se dijo que pudieron haber matado a mi papá, mi hermano y Matías por equivocación”, indicaron.
El pedido de la familia: cerrar la causa
Ante la falta de pruebas y la posibilidad de que el caso prescriba oficialmente este año, la familia Meza optó por solicitar el cierre definitivo de la causa. “Queremos terminar con este calvario. Ya nos dijeron en noviembre que la causa prescribiría y lo aceptamos. No queremos pasar por esto otra vez”, manifestaron.
Sin embargo, el juez Carlos Basualdo, a cargo de la decisión, anunció que se tomará un tiempo para resolver la situación. “Nos volvieron a pedir tiempo, pero ya llevamos 24 años esperando”, se lamentaron las hermanas.
Una historia de impunidad
El caso del triple crimen del Biguazal es considerado uno de los asesinatos más impactantes y sin resolver en la historia judicial de la región. La falta de avances, las irregularidades en la investigación y la ausencia de una condena firme han dejado a la familia Meza con un profundo sentimiento de injusticia.
“Nos sentimos manoseadas por la justicia. Nos ilusionaron con la posibilidad de un juicio y al final nos hicieron revivir todo el dolor para nada”, expresaron.
Ahora, con la posibilidad de que la causa prescriba definitivamente, las hermanas Meza solo buscan cerrar este capítulo doloroso de sus vidas. “No queremos más promesas vacías. Queremos que se termine todo esto de una vez por todas”, concluyeron.
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