Cecilia Todesca advirtió al FMI que “Argentina no tiene el dinero para devolver esa deuda”. Alberto había apoyado el pedido de quita realizado por Cristina.
Mientras en Casa Rosada aseguran que no habrá un nueva solictud de crédito ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno Nacional comenzó a alinearse políticamente de cara a la renegociación de la deuda de más de 44.000 millones de dólares contraída durante la gestión de Mauricio Macri. Alberto Fernández fue el primero en avisar que no aceptará condicionamientos de parte del organismo de crédito multilateral mientras que Cristina de Kirchner invoca el artículo VI del acta constitutiva del FMI para cuestionar la legalidad del crédito recibido por la Argentina hasta 2015.
Hasta el cierre del canje de deuda bajo legislación extranjera con bonistas, el organismo dirigido por Kristalina Georgieva actuó como el principal aliado del gobierno nacional en el escenario financiero internacional. El FMI apoyó en reiteradas oportunidades la doctrina de “sostenibilidad de la deuda” desplegada por Martín Guzmán en el marco de las negociaciones y siempre aconsejó la celebración de un acuerdo para evitar que el país profundizara su default. Desde Olivos deslizan que al FMI no lo guíaba un espíritu altruista en su apoyo a las negociaciones sino más bien el interés por un acuerdo conveniente para que la Argentina estuviera en condiciones de presentar un plan de pagos para comenzar a cancelar el pasivo de usd 44.000 millones ante el organismo multilateral de crédito.
En febrero, antes de la pandemia y cuando el acuerdo por la deuda bajo legislación extranjera aún estaba lejos, el Presidente había sostenido que “el FMI ha faltado a sus obligaciones prestando dinero a un tomador compulsivo de crédito, que todos sabían que era para financiar la fuga de divisas”, en relación al desembolso realizado durante el gobierno de Macri. Y consideró “absolutamente cierto” el reclamo de Cristina de una “quita sustancial de deuda”, un procedimiento que no está previsto para sus socios en los estatutos del organismo. “Yo creo que el Fondo ha faltado a las obligaciones que tenían cuando estaba prestándole dinero a un tomador compulsivo de crédito que no podía pagarlo de ningún modo. Todos sabían que era para financiar la fuga de divisas y tratar de contener un valor del dólar incontrolable”, había advertido Alberto.
Máximo Kirchner agregó que “el Fondo Monetario Internacional (FMI) no está en condiciones de imponerle nada a nadie” de cara a la negociación que el país tendrá con el organismo de crédito internacional. “El Fondo no está en condiciones de imponerle nada a nadie. Tiene que hablar con el Presidente y con las autoridades argentinas. Ya demostramos que si a la Argentina la dejan decidir sus próximas políticas va a poder hacer frente a sus deudas”, consideró en declaraciones a AM 750. “Creo que en los últimos cuatro años aplicaron las ideas que el poder financiero y económico le decía a la ex presidenta y ahí están los resultados. Un endeudamiento feroz que no fue a hospitales sino que se evaporó y ahora hay que afrontar”, subrayó el jefe del bloque de diputados del Frente de Todos.
La vicejefa de gabinete, Cecilia Todesca, advirtió la semana pasada que “Argentina no tiene el dinero para devolver esa deuda y hay que sentarse a negociar. No va a ser fácil, pero es uno de los puntos que tenemos que resolver para poder movernos hacia adelante”. “Desde la campaña, el diálogo con el Fondo Monetario ha sido muy bueno. El diálogo es amable”, enfatizó la funcionaria. A su vez, resaltó: “Hemos podido decir lo que nos parecía que no funcionaba del programa con el Gobierno anterior. Hemos puesto nuestras críticas sobre la mesa”. Y consideró que el organismo multilateral tiene “una cajita de herramientas con la que se sube a un avión” y “pretende solucionar cualquier problema que se presente, ignorando estructuras productiva, mercado de trabajo, historia de cada uno de los países”.
Hasta ahora, Georgieva no se manifestó en relación con una posible violación del Artículo VI del Convenio Constitutivo del FMI que se señala que “ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital”. Esa posibilidad fue sostenida incluso por el Presidente cuando Cristina pidió una quita de la deuda ante el FMI. “Así como el Fondo ha faltado a las obligaciones que tenía cuando le prestaba dinero a un tomador compulsivo de créditos, que no podía pagar de ningún modo y todos sabían que era para financiar la fuga de divisas y controlar el tipo de cambio, ahora podría reflexionar y tener en cuenta esto otro, la posibilidad de una quita”. Una nueva negociación comienza.
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