El papa Francisco subrayó hoy que “resulta inaplazable” introducir normas para lograr la “absoluta transparencia” en los manejos económicos y financieros del Vaticano.
Al encabezar la apertura del año judicial número 92 del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, el Sumo Pontífice se refirió a los planteos que realizan las instituciones de vigilancia de los mercados financieros activas en el ámbito internacional.
“Resulta inaplazable identificar e introducir, mediante adecuadas normas o protocolos de acuerdo, nuevas y más incisivas formas de cooperación”, destacó el Santo Padre.
En su discurso pronunciado en la Sala de las Bendiciones, Francisco deseó que “se llegue pronto a una interlocución al nivel adecuado para que la cooperación sea más rápida y eficaz”.
“Los resultados alcanzados hasta ahora animan a proseguir la tarea emprendida para superar unas prácticas que no siempre responden a la necesidad de rapidez que exige la dinámica de la investigación”, indicó.
E insistió: “Exhorto a todos para que las iniciativas emprendidas recientemente y las que se adopten para la absoluta transparencia de las actividades institucionales del Estado Vaticano, especialmente en el ámbito económico y financiero, se inspiren siempre en los principios fundadores de la vida eclesial y, al mismo tiempo, tengan debidamente en cuenta los parámetros y las `buenas prácticas´ vigentes a nivel internacional, y se muestren ejemplares, como es imperativo de una realidad como la Iglesia católica”.
El ex arzobispo porteño y cardenal primado de la Argentina celebró que “los cambios normativos han caracterizado el ordenamiento vaticano en los últimos años”.
De todos modos, aclaró que “estos cambios serán más proficuos en la medida en que vayan acompañados de ulteriores reformas en el ámbito penal, especialmente en la lucha y represión de los delitos financieros, y de la intensificación de otras actividades encaminadas a facilitar y agilizar la cooperación internacional entre los órganos de investigación vaticanos y las instituciones análogas de otras naciones”.
Entre los dirigentes que estuvieron presentes se destacaron el presidente del Consejo de Ministros del Gobierno italiano, Mario Draghi; y el promotor de Justicia del Vaticano, el profesor Gian Piero Milano.
Ante ellos, el Papa precisó que la misión de la Iglesia es “sostener la verdad y, como enseña el Concilio Vaticano II, para `proclamar la humildad y la abnegación, también con su propio ejemplo´”.
“El hecho de ser marginales en la dinámica de las relaciones económicas no nos exime, ni como comunidad de fieles ni como individuos, de un particular deber de testimonio. Estamos llamados a dar un testimonio concreto y creíble, en nuestras respectivas funciones y tareas, del inmenso patrimonio de valores que caracteriza la misión de la Iglesia, su ser `sal y luz´ en la sociedad y en la comunidad internacional, especialmente en momentos de crisis como el actual”, concluyó.
El Vaticano ha sido en los últimos años escenarios de escándalos vinculados con espurios manejos de dinero.
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