Durante la gira, el pontífice recorrerá 19.246 kilómetros para visitar Edmonton, Quebec e Iqaluit para mantener encuentros con las poblaciones nativas First Nations, Inuit y Métis en una visita que el propio pontífice calificó como un “peregrinaje de penitencia”.
El papa Francisco partió este domingo rumbo a Canadá, donde iniciará una gira de seis días en un viaje en el que pedirá perdón a los pueblos indígenas locales por los abusos que sufrieron en las escuelas residenciales para jóvenes gestionadas por instituciones cristianas entre fines del siglo XIX y la década de 1990, y que decidió mantener pese a que continúa con la recuperación en su rodilla derecha.
El pontífice despegó desde Roma a las 9.16 horas (4.16 de Argentina) en un Airbus A330 de Ita Airways, en el que estará acompañado durante toda la gira por Télam como único medio sudamericano en el que será su viaje número 37 como Papa fuera de Italia.
Tras más de diez horas de vuelo, Francisco tiene previsto aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Edmonton a las 11.20 locales (14.20 de Argentina), en donde será recibido por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Durante la gira, Francisco recorrerá 19.246 kilómetros para visitar Edmonton, Quebec e Iqaluit para mantener encuentros con las poblaciones nativas First Nations, Inuit y Métis en una visita que el propio pontífice calificó como un “peregrinaje de penitencia”.
En Canadá, Jorge Bergoglio pronunciará nueve discursos, todos en español, la mayoría centrados en la reconciliación de la Iglesia con los pueblos indígenas canadienses tras los abusos de todo tipo cometidos en los 139 internados del país, de los que unos 40 fueron gestionados por instituciones cristianas, incluidas asociaciones católicas. Entre fines de marzo y principios de abril, el Papa recibió en el Vaticano a delegaciones de los tres pueblos indígenas y les planteó su “vergüenza” por los abusos.
Por los internados, financiados por el Estado con pocos recursos y gestionados por organizaciones civiles, incluida la Iglesia católica, pasaron 150.000 niños arrancados a sus familia hasta 1996, cuando cerró la Gordon’s Residential School de Punnichy.
Este es el segundo viaje del año para Francisco, de 85 años, que debió suspender una visita a República Democrática del Congo y a Sudán del Sur prevista para inicios de julio por los dolores en su rodilla derecha que lo obligarán a usar silla de ruedas en algunos tramos de la visita.
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