El Gobierno Nacional envió al Congreso Nacional un proyecto de ley que establece un sistema progresivo de alícuotas que se aplicarán a las Sociedades de Capital que oscilarán entre el 25 y el 35 por ciento y a la distribución de dividendos que será del 7 por ciento, con el fin de mejorar la recaudación fiscal.
La administración de Mauricio Macri impulsó una rebaja de la tasa que se le cobraba a las Sociedades de Capital y a los dividendos, que fue suspendida para el 2020, según se estableció en el artículo 48 de la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva.
El Poder Ejecutivo había previsto en diciembre mantener por otro año la suspensión de esa rebaja y una alícuota del 30 por ciento, pero ahora decidió promover un proyecto para modificar la ley del Impuesto a las Ganancias y establecer un sistema permanente del tributo a esas sociedades.
“Por ello, resulta oportuno introducir modificaciones permanentes a la tasa de sociedades en el Impuesto a las Ganancias, pero con un nuevo esquema innovador en la historia del sistema tributario argentino que establezca un tratamiento diferencial en beneficio de las sociedades de menor tamaño o que, por alguna circunstancia obtenga bajas rentas en un determinado período fiscal”, agregó el PEN.
El proyecto girado por el PEN establece que pagarán un 25 por ciento las sociedades de Capital con una ganancia de 1.300.000 pesos, un 30 por ciento de tasa aquellas que tengan una ganancia hasta $2.600.000.
En el tercer tramo se estableció que las sociedades con ganancias anuales superiores a 2.600.000 pesos pagarán una alícuota de 35 por ciento.
La distribución de los dividendos pagarán en todos los casos la alícuota del (7%), a través del impuesto cedular vigente.
En el mensaje enviado por el Gobierno se argumenta que “este esquema permite reducir el impuesto que pagarán las pequeñas empresas y mantenerlo para las medianas en un 30 por ciento. Solo se aumenta para empresas más grandes”
“Con este nuevo esquema, el 75% de las empresas pagarán una alícuota del Impuesto a las Ganancias más baja que la vigente en el período fiscal 2020” que era del 30 por ciento para todas las sociedades.
Destaca que “de este modo, se le da una orientación de política pública muy diferente a la concebida en la reforma de 2017 se previa que preveía una reducción de alícuota al 25% para todas las empresas y se reserva esta tasa menor a aquellas sociedades que obtienen un nivel de renta y que difícilmente distribuyan dividendos”.
Señala que “el uso de tasas marginales evita el incentivo a la subdeclaración, porque pasar de un tramo a otro solo da como resultado pagar la tasa más alta por el monto excedente y no por la totalidad como sucede con las tasas directas o plenas”.
Señala que adoptar este esquema permitiría incrementar la recaudación tributaria del impuesto “sin afectar (de hecho, beneficiando) a las empresas de menor tamaño”.
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