La fuerte inflación de la primera parte del año y los ajustes tarifarios aún pendientes harán imposible mejorar el consumo en 2024.
La inflación y el ajuste deprimen los ingresos de la población a niveles que no se observaban en más de dos décadas en la Argentina.
A pesar de que la inflación muestra un descenso tras haber tocada un pico del 25% en diciembre, no se lograría compensar la pérdida del fortísima poder adquisitivo de la gente.
El consumo se estima que caerá un 10% este año mientras que el salario real -en el sector privado formal- caería en promedio 7%.
Recién 2025 podría recuperarse tanto el ingreso disponible como el consumo, según pronósticos optimistas de algunas consultoras.
El año próximo las ventas en supermercados podrían crecer un 2,5%, la actividad en restaurantes mostraría un resultado positivo que alcanza al 4,5% y la venta de electrodomésticos crecería el 12,3%, estimó la consultora Abeceb.
El ingreso disponible de la población podría reducirse más del doble producto del fuerte reacomodamiento de los precios relativos de las tarifas de gas, luz, agua, transporte público y combustibles, que se vienen ajustando muy por encima de la inflación impactando con fuerza en los bolsillos.
La inflación interanual a marzo fue del 290% pero los precios de muchos bienes o servicios claves para la vida cotidiana superaron con creces esta magnitud: electricidad y gas, aumentaron el 300%, bebidas alcohólicas, 302%; alimentos, 306%; azúcar, chocolate y golosinas, 349%; pan y cereales, 352%; combustible y lubricantes, 364%; medicamentos, 379%; transporte público, 385%; aguas minerales, gaseosas y jugos, 386%.
Otros que también tuvieron subas importantes, pero no al nivel del IPC fueron las prepagas, con un 289% (aunque la Justicia dispuso devolver lo cobrado por encima de la inflación), restaurantes y hoteles, 266%, educación, 227%; prendas de vestir y calzado, y alquiler de viviendas, 149%. Y todavía muchos deben seguir ajustándose para recomponer los atrasos pasados.
La caída de ventas en los supermercados se estima podría promediar 11%, en 2024 mientras que en restaurantes será del 7,5% en este año. Sólo en marzo, la caída en los súper llegó al 19%, mientras que los restaurantes registraron una pérdida del 6,7%.
Ante este contexto, los consumidores optan por los comercios de cercanía (no hacen compras tan grandes) y elijen segundas o terceras marcas, además de estar atentos y aprovechar las promociones y descuentos.
En el caso de los electrodomésticos, quedaron muy relegados en la lista de compras. Se prevé una caída del 25% para 2024 debido a que la predisposición de compra sigue en caída en los primeros tres meses del año, y en marzo, registra una caída del 66.2% el nivel más bajo desde la pandemia.
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