Por el cierre de bancos y la necesidad de liquidez, no se renovó un 5% del stock minorista el mes pasado.
En medio de la emergencia sanitaria, los depósitos a plazo fijo encendieron un nuevo foco de alerta para el sistema financiero. Las colocaciones en pesos del sector privado registraron una caída de $35.439 millones en marzo; fue la primera baja mensual desde octubre de 2019.
El dato que esta vez rompe la tendencia es que la baja se dio con mayor fuerza en el sector minorista. El 5% de los plazos fijos de menos de un millón de pesos no fue renovado por sus titulares en marzo, lo que representó una baja del stock de $25.432 millones.
El desplome del mes pasado se “comió” el 73,8% de la suba que habían registrado este tipo de colocaciones entre enero y febrero últimos.
En el caso de los depósitos a plazo mayoristas, la caída en marzo fue del 1,1% ($10.007 millones).
Los datos surgen del Banco Central y revelan la primera baja en el stock de depósitos a plazo fijo del sector privado en pesos después de cuatro meses ininterrumpidos de suba.
Según explicó una fuente del sector bancario a este diario, en marzo se combinaron dos factores: “Muchos clientes no pudieron renovar las colocaciones por el cierre de las entidades financieras al público debido a las medidas de aislamiento y otros tantos prefieren mantenerse líquidos frente a la emergencia sanitaria”.
Las particularidades que generó la pandemia de coronavirus se sumaron al poco incentivo que ofrecen hoy los bancos por este tipo de depósitos, con tasas que no logran superar a la inflación esperada, y frente a un dólar que el mes pasado subió muy por encima del rendimiento de estos instrumentos.
De acuerdo al relevamiento del BCRA, la tasa promedio que ofrecen las entidades financieras por los depósitos a plazo fijo a 30 días es del 26% nominal anual. El último relevamiento de expectativas de mercado (REM), publicado a principios de marzo, ubicaba a la inflación esperada para este año en 40%.
El otro gran parámetro que suelen mirar los ahorristas a la hora de renovar o no sus colocaciones tampoco ayudó. En medio de una fuerte devaluación de las monedas de la región a causa de la crisis que generó la propagación del coronavirus, el dólar oficial trepó 3,6% en marzo, mientras que en las cuevas se disparó un 6,4 por ciento.
Así, la crisis producto de la pandemia de Covid-19 enciende una señal de alerta para el sector financiero. Menos depósitos significan menos fondos para prestar por los bancos en un momento en el que el crédito para las empresas -y también para las familias- se vuelve clave.
Los números de abril, una vez que se comience a flexibilizar la atención en los bancos, serán fundamentales para saber si se trató sólo de una cuestión coyuntural y si hay lugar para una rápida recuperación. El primer dato del mes publicado por el BCRA no luce alentador, el miércoles pasado el stock de depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado se redujo en $35.460 millones.
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