María Luisa Domínguez: “Pedimos un resarcimiento económico para travestis y trans mayores de 50 años”

Travestis y trans se manifestaron ayer frente a Casa Rosada exigiendo por una ley de reparación histórica. Una de ellas dialogó en La Grieta sobre la situación de vulnerabilidad y precariedad que viven las trans adultas mayores.

María Luisa Domínguez, de 58 años, manifestó: “Esa llamada reparación histórica es un chiste, porque nadie nunca nos va a pagar todo el daño que hemos sufrido nosotras por décadas”. Contó que esta fue la segunda vez que se presentaron frente a Casa Rosada, en la primera dirigieron una nota al Presidente de la Nación pidiéndole una audiencia, y esta segunda vez fueron recibidas y escuchadas por la secretaria del mandatario, ahora esperan ser citadas por Alberto Fernández.

El proyecto de ley de reparación histórica implica una indemnización por las violencias que las mujeres trans y travestis sufrieron históricamente: “Lo que estamos pidiendo es un resarcimiento económico por lo menos para las compañeras mayores de 50 años; hay compañeras que están paradas en la colectora de Panamericana todavía y hay compañeras que comen una vez por día porque van a un comedor comunitario”.

“Las políticas públicas son un chiste, porque la mayoría de nosotras alquilamos ya sea de esa plata que nos dan $12.000, pagás el alquiler y qué comés, cómo vivís y cómo pagás la luz, porque nosotras no tenemos derecho a nada pero pagamos la luz, pagamos el alquiler, pagamos los impuestos de lo que comemos”, sostuvo. Por esta razón es que la mayoría recurre a la prostitución, “no nos queda otra”, por eso es difícil ver a mujeres trans atendiendo a los clientes en un comercio, por ejemplo, “no existe porque nunca nos dieron la oportunidad”, expresó.

“La gran mayoría de nosotras terminamos en la prostitución porque tenemos que vivir, alquilar, comer y no nos dan oportunidades”. Por tal motivo sueña con que las jóvenes puedan aprovechar las oportunidades que tienen de estudiar: “Si ellas se quieren prostituir para mantenerse que lo hagan pero que estudien, es importante tener un estudio”, aseguró María Luisa de 58 años. “Quiero que las travestis nuevas sean alguien en la vida y que aprovechen lo que nosotras no tuvimos”.

Asimismo contó que “la gran mayoría de mis compañeras fueron expulsadas primero del seno familiar y después fueron expulsadas de la educación; yo no terminé la primaria por lo que llaman ahora bullying, a los 15 años ya estaba parada en una ruta porque no tuve y no tengo hasta el día de hoy una oportunidad”, señaló. Además declaró que cuando quiso continuar sus estudios en la escuela nocturna a los 12 años un profesor la violó.

También se refirió a la ley de cupo laboral travesti-trans, si bien es una oportunidad para algunas de sus compañeras indicó que el problema radica en las trans adultas mayores: “La mayoría de las adultas mayores no entramos en estos cupos porque ya estamos grandes, no tenemos estudios, no sabemos leer ni escribir. Entonces cómo vamos a entrar en el cupo laboral, y jubilar no nos quieren jubilar porque nunca aportamos en ningún lado. Somos NN”.

Domínguez habló de la situación de vulnerabilidad y precariedad que viven las mujeres travestis y trans mayores de edad. “Esto recién comienza”, indicó, hasta que se logre la ley de reparación histórica que reclaman “muchas compañeras van a seguir muriendo”. El promedio de vida es de 35 a 40 años, “una realidad triste”, ya que “la gran mayoría de nosotras tenemos grandes problemas de salud”.

“No vamos a aceptar una pensión jubilatoria de $12.000 o $18.000, porque tampoco alcanza. Un alquiler a nosotros si a vos te cobran $5.000 a nosotras nos cobran $10.000, pagamos el doble siempre en todos lados”, concluyó María Luisa Domínguez.