El presidente Vladimir Putin acusó de “traición” a los mercenarios y dijo que serán castigados. Las tropas de Wagner continúan camino a la capital rusa y las próximas 24 horas serán críticas.
En un clima de alta tensión, el jefe de la organización mercenaria Wagner, Yevguéni Prigozhin, se ha rebelado contra la cúpula militar rusa tras acusar a las fuerzas armadas de bombardear uno de sus campamentos.
En las últimas horas el guerrillero afirmó que ha tomado el control de las instalaciones militares de la ciudad de Rostov, en el suroeste de Rusia y cerca de Ucrania, por lo que ha emprendido “una marcha por justicia” con sus mercenarios hacia Moscú.
Según informa Reuters, testigos han confirmado que la columna ha superado la localidad de Voronezh, a medio camino entre Rostov y Moscú, a unos 500 kilómetros de la capital, y allí se han registrado enfrentamientos entre los soldados regulares y los milicianos.
En su primera reacción, el presidente Vladímir Putin habló por televisión y acusó de “traición” a los mercenarios, sostuvo que serán castigados y que ha dado las órdenes necesarias al ejército para restablecer el orden.
Mientras tanto, desde Kiev, el mandatario Volodímir Zelenski indicó que la revuelta demuestra que “la debilidad de Rusia es obvia” y ha advertido de que cuanto más tiempo mantenga Moscú a sus tropas y mercenarios en Ucrania, “más caos, dolor y problemas tendrá después” en su propio país.
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