La justicia determinó que el periodista que violó a sus hijastras quede detenido en prisión preventiva a la espera del juicio.
La abogada Carolina Walker, que representa los intereses de las víctimas en la causa, habló sobre la audiencia de medidas cautelares que determinó “prisión preventiva sin plazo” para el periodista de la ciudad de Vera, Santa Fe, por los abusos reiterados hacia las hijas de su pareja.
Walker contó que fue “una audiencia muy larga” donde “el fiscal expuso muy detalladamente todas las evidencias que existen contra [Silvio Omar] Stefanucci para acreditar la probabilidad de la existencia del hecho”.
El Código Procesal Penal también sostiene que la prisión preventiva debe estar dada por la pena en expectativa que en este caso, de ser condenado, tendría “un mínimo de 8 años y un máximo de 20”.
Dijo además que fundamentalmente se probó los riesgos probatorios. Por un lado “por la pena en expectativa”, además resta realizarse “la cámara gesell de una de las chicas”, y otras pruebas.
“También se merituó su fuerte influencia mediática y política y el nivel de vulnerabilidad de las víctimas y que peligre su integridad física”, agregó la abogada santafesina.
La defensa solicitó la prisión domiciliaria “aduciendo que Stefanucci tendría problemas de salud, que no pudieron acreditar, porque no había informes médicos al respecto, además de que la edad que tiene no alcanza para el instituto de la prisión domiciliaria. Así que el juez denegó este pedido y dispuso la prisión preventiva sin plazo y en una institución común como cualquier otro detenido”.
La causa
Hace una semana, la abogada Carolina Walker presentó una denuncia contra el periodista Silvio Omar Stefanucci por haber violado a sus hijastras.
La denuncia es por “abuso sexual con acceso carnal calificado por resultar un grave daño en la salud de la víctima, por ser cometido por encargado de la educación o guarda, y por ser cometido contra menores de 18 años aprovechando la situación de convivencia preexistente; corrupción de menores calificado y amenazas agravadas por ser cometida con el empleo de un arma de fuego, todo eso en concurso real”.
Las víctimas contaron que Stefanucci fue el concubino de su madre M.E.L. “desde que eramos pequeñas” y que “los abusos sexuales comenzaron cuando M. tenía entre 9 y 10 años, y cuando vivíamos en un inmueble cito en calle Mariano Leiva de la ciudad de Vera”.
“En varias oportunidades me tocaba los pechos, la vagina y la cola por arriba de la ropa. En una ocasión, cuando tenía 10 años me desperté mientras me estaba practicando sexo oral, lamiéndome la pelvis y la vagina”, contó una de las denunciantes.
“El aprovechaba que mi mamá trabajaba todo el día y también aprovechaba cuando mi hermana viajaba a Malabrigo a ver a nuestro padre”, siguió.
La chica también contó que “en otra oportunidad, me desperté y estaba arriba mío penetrándome la vagina con los dedos y también lo hizo con la lengua”.
Las víctimas cuentan que “esto ocurrió hasta el año pasado que en el mes de noviembre mi madre se separó y lo echó”.
En relación a C. “los abusos comenzaron entre los 11 y los 12 años, cuando se mudaron de la casa de calle Mariano Leiva. En una oportunidad, antes de que empiece sexto grado, mi madre estaba trabajando, yo me había quedado dormida mirando una película. Allí me despierto y me estaba manoseando la vagina por debajo de la ropa interior y también los pechos. Todo el tiempo me manoseaba, aprovechando que mi mamá trabajaba hasta muy tarde. También lo hacía a la mañana cuando mi mamá salía a caminar temprano”.
“Yo siempre quedaba paralizada”, relató la adolescente abusada quien además contó que “nos hacía comentarios fuera de lugar sobre nuestra ropa y nuestro cuerpo. Nos tocaba hasta cuando nos llevaba a la escuela en moto”.
Las denunciantes también dijeron que Stefanucci se masturbaba delante de ellas y que incluso llegó a tomarlas del cuelo y ahorcarlas mientras las manoseaba. Incluso las amenazaba con un arma que tenía y les decía que estaba cargada y que no dijeran nada porque “él era una persona con mucha credibilidad pública” por lo que nadie les creería sus denuncias.
Ahora una de las víctimas se encuentra en tratamientos psiquiátrico, con ataques de pánico y anorexia nerviosa, ocasionado por el estrés postramático.
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