En un veredicto emitido el pasado 8 de junio, el tribunal integrado por los jueces Martin Gauna Chapero, Sergio Olivera y Gustavo Gon condenó a Pascual Eduardo Fagundes, de 24 años, y Leonardo Gastón Godoy, de 32 años, a prisión perpetua por los delitos de violación y homicidio de Rocío Vera, una joven de 14 años que se encontraba embarazada.
Los acusados actuaron en complicidad con dos menores de 17 años. Por otro lado, Juan Daniel Godoy, de 32 años, y Brian Carlos Altamirano, de 23 años, fueron absueltos de culpa y cargo, ordenándose su inmediata liberación.
El juicio, que se inició el 24 de mayo de 2023, concluyó con la condena para Fagundes y Godoy por considerarlos autores penalmente responsables de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado y homicidio agravado con alevosía para ocultar el abuso sexual, mediando violencia de género y participación de menores de edad. Sin embargo, ambos fueron absueltos del delito de amenazas.
Rocío Magali Vera, de 14 años, vivía en una situación de vulnerabilidad en el Barrio Carmen Luisa de la Ciudad de Reconquista. Después de su desaparición, su cuerpo fue encontrado sin vida el 13 de julio de 2020 en un sitio baldío cerca de su barrio, junto a un edificio abandonado donde se sospecha que los acusados solían refugiarse.
El fiscal Aldo Gerosa, quien estuvo acompañado por su colega Valentin Hereñu y otros colaboradores del Ministerio Público de la Acusación (MPA), había solicitado la pena de reclusión perpetua para los cuatro imputados, al igual que los querellantes que representaban a la madre y a una hermana de la víctima.
Durante el juicio, las abogadas María Laura Tailleur y Mariana Cisera, del Centro de Acción Judicial, actuaron en representación de la madre de Rocío, mientras que Carolina Walker y Matías Pautasso, de la ONG Juanito Laguna, representaron a la hermana de la víctima.
En contraste, la defensora pública Maria Noel Severo brindó asistencia legal a los cuatro acusados adultos y mantuvo su inocencia a lo largo del juicio. Cabe destacar que los cuatro imputados estuvieron en prisión preventiva desde julio de 2020 y fueron trasladados a la cárcel tras la sentencia, mientras que los absueltos Juan Daniel Godoy y Brian Carlos Altamirano fueron liberados de inmediato.
El fiscal Gerosa, en su alegato de apertura, expresó su preocupación por la violencia presente en la sociedad y destacó que Rocío no tuvo la oportunidad de defenderse de sus agresores. Asimismo, hizo referencia a otros casos de violencia de género, como el homicidio de Vanesa Zabala en 2013, como ejemplos de la creciente problema de violencia en la sociedad.
El fiscal Gerosa también afirmó que, según su convicción, el crimen contra Rocío Vera fue perpetrado por seis personas en total: los cuatro acusados adultos que enfrentaron el juicio y los dos menores que ya habían sido declarados culpables en el Juzgado Penal de Menores. Sostuvo que los seis agresores atacaron a una niña con el único propósito de dañarla por ser mujer, ejerciendo violencia física, psicológica y sexual contra una menor de 14 años que además estaba embarazada.
El veredicto emitido por el tribunal representa un paso significativo en la búsqueda de justicia para Rocío Vera y su familia. La condena a prisión perpetua para Pascual Eduardo Fagundes y Leonardo Gastón Godoy refleja la gravedad de los delitos cometidos y envía un mensaje claro sobre la intolerancia frente a la violencia de género.
Sin embargo, la absolución y liberación de Juan Daniel Godoy y Brian Carlos Altamirano ha generado controversia y ha dejado interrogantes sobre su grado de implicación en el crimen. Aunque el tribunal determinó su inocencia, esta decisión ha sido objeto de debate en la opinión pública.
La comunidad y diversas organizaciones de derechos humanos han manifestado su repudio a este atroz crimen y han instado a tomar medidas más enérgicas para prevenir y combatir la violencia de género. Este caso ha puesto de manifiesto la importancia de seguir trabajando en la concientización y prevención de estos actos, así como en la implementación de políticas y programas que brinden protección a las víctimas y promuevan una sociedad libre de violencia.
La memoria de Rocío Vera, una joven que vivió en situación de vulnerabilidad y cuyo futuro fue truncado de manera violenta, perdurará como un recordatorio de la necesidad de luchar contra la violencia de género y garantizar la seguridad y el respeto hacia todas las personas, especialmente aquellas en situación de mayor vulnerabilidad.
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