Las autoridades del Ministerio de Salud insistieron que para mitigar la propagación es necesario cumplir la cuarentena total. Ya hay 266 casos confirmados en el país, pero con el primer infectado “autóctono”, todo podría acelerarse.
“Se está iniciando la transmisión comunitaria”. Carla Vizzotti, secretaria de Acceso a la Salud nacional, anunció este lunes lo que, en rigor, es una nueva fase de la expansión del coronavirus en Argentina. El Gobierno lo esperaba. Iba a ocurrir, como sucedió en otras partes del mundo.
Por eso no es casual que, casi en simultáneo al anuncio del primer caso “autóctono”, es decir, que no fue contagiado por alguien que contrajo el virus en el exterior, el presidente Alberto Fernández estuviera reunido en Olivos con los intendentes del Conurbano bonaerense.
Lo que se viene a partir de la transmisión comunitaria, probablemente, es un subida de casos positivos confirmados. Y el Area Metropolitana (AMBA) es un foco de contagio en alerta permanente.
“Si no cerramos Jujuy vamos a tener el mismo pico de Italia. Pido que no lo repitan en otros medios nacionales, estamos hablando acá, en Jujuy, pero van a explotar la Capital y el conurbano. Va a ser tremendo, va a ser tremendo”, dijo, con cierto alarmismo, el gobernador jujeño Gerardo Morales.
En la Argentina, ya son 266 los casos que han sido confirmados. De estos, 190 tienen un antecedente de viaje internacional, 59 son transmisión local en conglomerado, 1 caso no tiene antecedente de viaje o contacto estrecho y 17 se encuentran en evaluación epidemiológica.
Según Vizzotti, la transmisión comunitaria “se está iniciando en el AMBA, alguna ciudad de Chaco, Tierra del Fuego y Córdoba”. Si bien el Gobierno aun no detalló dónde se dio el primer caso de este tipo de contagio autóctono, el Gobierno analiza las medidas a aplicar en cada jurisdicción. Probablemente, piensan en la Casa Rosada, esta situación obligue a estirar la cuarentena total; si no en todo el país, en los lugares donde exista transmisión comunitaria.
Es que se sabe que habrá contagios y, probablemente, en una tasa más alta que la que se están viendo en estos días. Lo que se busca con el aislamiento, ya lo explicaron desde el Ministerio de Salud y lo repiten los infectólogos de todo el país, es que no se sature el sistema de salud llegada esta fase de transmisión comunitaria.
La llamada transmisión comunitaria se produce cuando ya no es posible rastrear el origen de la infección, es decir cuando el virus circula entre personas que no viajaron al exterior ni tuvieron contacto con ninguna que estuvo en el exterior.
Son un nuevo eslabón en la cadena de contagio que comenzaron las personas que trajeron el virus de otro país. Esas personas pasaron el virus a otras, que entran en el grupo de “contacto estrecho”. Y estas, a la vez, propagan el virus a un grupo que se indica dentro de la “transmisión en conglomerado”.
“Va a ser complejo, vamos a ir aumentando, esperemos que sea de a poco. Se calcula que el virus se multiplica al doble cada dos o tres días y la idea es disminuir. Para eso es necesario cumplir con la cuarentena”, comentó a Infobae una infectóloga de importantes clínicas privadas de Ciudad de Buenos Aires, donde hay decenas de internados pero por ahora “todos los pacientes vinieron de afuera”.
Argentina por ahora está lejos del tope del ranking de países con mayor cantidad de infectados en el mundo; incluso en la región, está bastante por debajo de casos más dramáticos, como los de Brasil y Ecuador, o incluso Chile. Pero las autoridades saben que, igual que como ocurre en el resto del planeta, la transmisión comunitaria acelera la propagación.
Por eso, cuando Chile y Brasil detectaron sus primeros casos de transmisión comunitaria, el Gobierno argentino incluyó a estos países en sitios de riesgo y cerró las fronteras compartidas. Eso fue apenas una seman atrás.
“Están llegando nuevos insumos, la idea es ampliar en un 70 % la capacidad de las terapias intensivas. Se han comprado camas, monitores y respiradores. Estamos en un proceso de curva aplanada, es decir, la continuidad de los contagios no está generando picos que nos pongan en situación de alerta”, dijeron voceros del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.
“Estamos evitando lo que pasó en Italia: mucho contagio en poco tiempo. Hoy aparecen contagiados que hace cuatro o diez días estaban en situación de sospecha, sabemos que este virus se incuba y tarda en manifestarse. Esperamos fortalecer el sistema de salud en el tiempo de la cuarentena obligatoria para prepararnos si es que hay un brote o un pico”, agregaron.
“El Ministerio de Salud nos informa a los infectólogos los casos positivos, en ese momento el funcionario del Ministerio se contacta con el paciente y el paciente le da todos los datos del avión donde vino, los casos estrechos y el Gobierno contacta a todos los casos y llama diariamente a los pacientes y médicos, están actuando muy bien, vamos a ver cómo sigue cuando aumente”, comentó la infectóloga consultada por Infobae.
Simultáneamente, Alberto Fernández armó un comité de crisis en Olivos junto a los intendentes del Conurbano, con el fin de tomar “medidas de prevención y control anticipadas” y planificar las zonas con mayor disponibilidad de camas en hospitales, establecer una red de contención social en los barrios para llevar alimentos a los sectores vulnerables durante la cuarentena total y fijar un operativo conjunto entre los ministerios de Seguridad y Defensa para el control en las calles.
Con la confirmación del primer caso de transmisión comunitaria los controles en las calles por parte de las fuerzas de seguridad serán más estrictos. Las personas que circulen deberán tener toda la documentación necesaria para justificar la excepción, caso contrario serán detenidos.
El viernes pasado Alberto Fernández y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, armaron un esquema de emergencia para coordinar esfuerzos de equipamiento sanitario de la Nación y la Ciudad para enfrentar con mayor celeridad y eficacia un eventual brote masivo de coronavirus. Lo mismo ocurre con las provincias: el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, diagrama un esquema con los gobernadores.
“Los profesionales de la salud de los hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires nos preparamos para semanas muy difíciles”, advirtió Pablo Maciel, médico clínico y secretario gremial de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud, quien admitió lo que nadie esconde: “Esperamos un crecimiento exponencial de casos confirmados y trabajamos para adecuar cada hospital a esta nueva situación”.
“Una señal a la que hay que prestar atención es a si el primer caso de una zona es una muerte o un caso grave, porque eso indica que ya ha habido mucha transmisión comunitaria”, remarcó el matemático inglés Adam Kucharski, que trabaja en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y estudia los brotes de enfermedades como el SARS, gripe, Ébola y Covid-19.
El experto, hizo un cálculo “improvisado”, que explica cómo puede propagarse el virus a partir de la transmisión comunitaria: “Como cálculo improvisado, supongamos que el índice de mortalidad de los casos es de alrededor del 1%, lo cual es verosímil. Si hay una muerte, probablemente la víctima se haya enfermado unas tres semanas antes. Eso significa que probablemente haya habido unos 100 casos hace tres semanas en realidad. En las tres semanas siguientes, ese número bien podría haberse duplicado, vuelto a duplicarse y duplicarse nuevamente. Así que actualmente tenés 500 casos, tal vez mil casos”.
Desde la confirmación del primer caso de transmisión comunitaria, el Gobierno pierde el poder de identificar quién contagia a quién. Esa es la clave de la lucha contra la mitigación y por eso se vuelve todavía más importante respetar el decreto de aislamiento social y obligatorio.
“Cada país debe estar preparado para su primer caso, su primer grupo de casos, su primera prueba de transmisión comunitaria y también para hacer frente a la transmisión comunitaria sostenida. Y debe prepararse para todos esos escenarios al mismo tiempo. Ningún país debe pensar que no va a tener casos. Eso podría ser un error fatal, en un sentido muy literal”, alertó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Fue el 27 de febrero pasado. Menos de un mes atrás. Pareciera que ocurrió hace un año.
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