Se acerca el final de enero y tanto gobierno como gremios parecen haber enfriado las paritarias

La provincia de Santa Fe, bajo el liderazgo del gobernador Maximiliano Pullaro, se encuentra en un punto muerto en las negociaciones paritarias con los gremios estatales. A pesar de la inicial convocatoria a discutir aumentos salariales a principios de enero, las conversaciones se encuentran actualmente en pausa, generando incertidumbre sobre el acuerdo final.

El principal punto de conflicto se centra en la demanda de AMSAFE para que el gobierno cumpla con compromisos previos asumidos por la gestión anterior. Mientras el gremio insiste en la necesidad de un aumento salarial acorde a la inflación y las condiciones económicas actuales, el gobierno provincial argumenta dificultades financieras derivadas del compromiso asumido por los gremios en la regularización del personal precarizado.

El gobierno acusa a los gremios de haber sido cómplices en el proceso de pase a planta permanente de trabajadores antes precarizados, generando un aumento en la masa salarial que ahora resulta insostenible. Esta situación ha llevado a que no se pueda cumplir con el pago de salarios a todos los empleados estatales, lo que complica aún más las negociaciones.

A medida que se acerca el final de enero, la falta de avances en las paritarias ha elevado la incertidumbre sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo en el corto plazo. Hasta el momento, no se ha presentado un número concreto de aumento salarial sobre la mesa, y las partes parecen distantes en sus posturas.

La comunidad educativa y el conjunto de empleados estatales aguardan con expectación una resolución a este impasse, que podría tener repercusiones significativas en el normal desarrollo de las actividades en la provincia. Mientras tanto, tanto el gobierno como los gremios deberán encontrar un terreno común para superar las diferencias y evitar posibles conflictos en el ámbito laboral.

Vale recordar que las clases arrancan a finales del mes de febrero. Los plazos que parecían largos se hacen cada vez más cortos y cercanos. Mientras tanto, los trabajadores siguen sin percibir aumentos salariales acorde a los últimos aumentos de precios y, por consecuencia, están perdiendo capacidad de compra.