El corredor subterráneo inicia en Tijuana y finaliza en San Diego, y estaba equipado con un sistema de rieles y carros, ventilación, electricidad, un elevador y un complejo sistema de drenaje.
Las autoridades fronterizas estadounidenses han anunciado este miércoles el descubrimiento del túnel de contrabando de drogas más largo que se haya encontrado en la frontera suroeste entre EE.UU. y México.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés), comunicó que el corredor subterráneo tiene una longitud de 1,3 kilómetros y se origina en una zona industrial de la ciudad mexicana de Tijuana (Baja California) y termina en San Diego (California). Además, el túnel está equipado con un extenso sistema de rieles y carros, ventilación, electricidad, un elevador en la entrada y un complejo sistema de drenaje.
“Si bien los túneles subterráneos no son algo nuevo a lo largo de la frontera entre California y México, la sofisticación y longitud de este en particular demuestra las arduas labores que las organizaciones criminales transnacionales emprenden para facilitar el contrabando transfronterizo”, comentó el agente especial a cargo de las investigaciones de Seguridad Nacional en San Diego, Cardell Morant.
La existencia del pasadizo fue descubierta inicialmente en agosto de 2019, y después la Policía mexicana identificó la entrada del túnel y agentes estadounidenses comenzaron a mapear el pasaje subterráneo desde México.
Su entrada estaba oculta en un pequeño edificio industrial. Las dimensiones del corredor son de aproximadamente 1,6 metros de alto por 0,6 de ancho y fue construido a una profundidad promedio de unos 21,3 metros.
“La sofisticación de este túnel demuestra la determinación y los recursos monetarios de los carteles”, dijo, por su parte, el agente especial de la Administración para el Control de Drogas de EE.UU., John Callery, señalando que las autoridades estadounidenses harán todo lo posible para cerrar el flujo de drogas hacia su país.
Según la CBP, el túnel más largo entre EE.UU. y México del que se tenía registro hasta ahora fue descubierto en 2014, también en San Diego, y tenía una longitud de 904 metros.
Aunque no se han realizado arrestos ni decomisos, las autoridades fronterizas estadounidenses indicaron que las investigaciones continúan y no descartaron “futuras detenciones e incautaciones”.
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