
El pueblo se levantó contra el gobierno que no disponía de una Guardia Pediátrica y el poder político reaccionó a medias, reconociendo el error pero admitiendo que la solución era complicada por la falta de profesionales. Según Mauro Ramúa, padre de Valentina, la guardia pediátrica nocturna que se implementó para calmar a la gente “duró dos semanas”.
Duro testimonio al cumplirse un año de la muerte que conmocionó a la ciudad de Reconquista y generó una pueblada pidiendo una guardia pediátrica en el hospital. Hasta el momento eso sigue siendo una deuda del Estado.
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