
Por Rodrigo Corti
¿Por qué no se nombró aún al nuevo jefe de la URIX de policía, tres meses después del retiro de Julio Lucero? Hasta el momento no hay respuestas por parte del Ministro de Seguridad Pablo Cococcioni ni de ningún integrante del gobierno provincial. Algo que, a esta altura, no sorprende.
La respuesta rápida que surge es que quizás se deba a que nadie, en la órbita local, estaba al tanto del hecho. Al menos desde el municipio local ni desde el Concejo demostraron conocer esta situación. Si por el lado del bloque de Unidos estaban informados, entonces prefirieron callarlo en medio de las críticas por la inseguridad creciente en Reconquista y zona. Algo que dudo seriamente, es más, estoy casi convencido que nadie de la escena política lo sabía. Ni oficialismo ni oposición. Ni en lo local ni en el ámbito regional, jurisdicción a la que le competen las decisiones de una jefatura policial que desde noviembre se encuentra dirigida de manera transitoria por el sub jefe Diego Constanzo.
Está claro que el peronismo lo desconocía, sobre todo quienes le vienen pasando factura por cierto abandono en materia de seguridad al gobierno de Pullaro. Cierre de destacamentos policiales, cierre de la escuela de policías y el traslado de algo más de 200 cadetes egresados al sur de la bota, más la disminución de efectivos presentes y fiscales en la región son los puntos centrales de las críticas a la provincia. Hace unos minutos, a raíz del asesinato del remisero Juan Carlos Martínez, el intendente Enri Vallejos realizó un posteo en idéntica sintonía. Pero nada se sabía de lo que estaba ocurriendo en la más alta plana de nuestra policía.
Fue ayer en La Grieta (FM Central 94.5) donde se dio a conocer que Julio Lucero ya no era más el jefe de la URXI, algo que fue confirmado por él mismo. Lo público fue que en noviembre pasado había pedido licencia para acompañar a su esposa en un tratamiento médico en la capital provincial. Lo que nunca se dijo fue que en enero Lucero solicitó el retiro dejando la fuerza para siempre. Transitoriamente, desde su licencia, el cargo fue asumido por el sub jefe Diego Constanzo. De enero al día de la fecha, el Ministerio de Seguridad no nombró oficialmente ni a Constanzo ni a nadie al mando de la regional policial. Por lo que me cuentan, tampoco es un hecho que fuera a éste a quien le pensaban dar el cargo máximo de la policía regional. Algo que ahora está mucho más en duda, no solo por el índice creciente del delito en el último tiempo sino particularmente por el crimen de esta madrugada en inmediaciones del barrio La Cortada.
Vale aclarar que de aquí no se desprende una crítica personal hacia Diego Constanzo sino, por el contrario, la pregunta sobre si no debía recibir el respaldo a su trabajo con el correspondiente nombramiento por parte del gobierno de Maximiliano Pullaro. ¿No son necesarios estos mensajes internos, en instituciones tan verticalistas como la policial? Alguien de la fuerza, en off, me lo afirma. No es lo mismo recibir órdenes de un jefe que de un sub jefe. ¿Cambiaba en algo todo lo que está ocurriendo que haya tenido o no un jefe la fuerza, en nuestra región? Difícil de determinarlo. Lo que está bastante claro es que al gobierno provincial, quien hizo de la seguridad su caballito de batalla (tanto en campaña como durante la gestión), no le urge resolver los problemas crecientes de inseguridad que aquejan a esta parte del territorio santafesino. Y ahora, con marchas que se multiplican en distintos puntos de la ciudad pidiendo justicia, ya llegan tarde.
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