El Presidente de la Federación de Vecinales, Laureano Pandolfi, habla sobre las tomas de tierras que se están dando en la zona Sur o Oeste de la ciudad de Reconquista.
¿Usurpaciones o toma irregular de tierras? ¿Delito o necesidad?
Algunos pensamientos para compartir con los vecinos de Reconquista.
Es claro que cuando surgen estos hechos, me refiero a la toma de tierras como la de barrio La Loma y otras que ocurrieron estos días, situación que a todos nos duele, debemos distinguir entre la intencionalidad política (que las hay y fueron utilizadas por algunos sectores políticos, antagónicos solo en el escudo, en diferentes momentos de la historia de Reconquista) y la necesidad real de tierra y vivienda que sufren las familias de nuestra ciudad.
La instigación realizada como método de presión social desde algún sector político debe ser investigada, se deben aportar pruebas a la misma y debe ser abordada por la justicia. También deberá actuar la justicia si la decisión de ocupar un terreno no responde a una necesidad, o el motivo es un beneficio diferente al de tener un lugar donde vivir.
En cambio, la necesidad de tierra y vivienda, problemática recurrente desde hace décadas en nuestra ciudad, tiene que ser resuelta (ahora sí) desde la política, y debe contar con decisiones que generen gestiones e inversiones fuertes y con continuidad en el tiempo para comenzar a dar las respuestas necesarias. Me pregunto donde habrán quedado esas banderas que se levantaban reclamando sobre la función social de la tierra. (¿!?)
Las vecinales, y en particular la Federación, venimos haciendo notar desde hace mucho tiempo la necesidad de que se tomen medidas concretas hacia aquellos dueños de terrenos que los tienen en estado de abandono. Todos conocemos las consecuencias en salud y seguridad que significan esos terrenos baldíos, y si bien ya existen algunas normativas que implican multas, no parecen ser suficiente las penas pecuniarias por mas alto que sea el monto. Por lo que se deberá proceder con medidas alternativas.
Una familia arrojada (por infinidad de motivos que se tendrán que analizar de forma particular y con más profundidad en otro ámbito) a tomar la durísima decisión de ocupar un terreno privado o público, teniendo que sufrir condiciones tremendamente precarias y muchas veces con niños, sufre también el estigma de “usurpadores” y el castigo del Estado Municipal poniéndolos en una “lista negra” para no ser incluidos en los listados de familias necesitadas de terrenos y viviendas. Es la manifestación y norma menos cristiana y solidaria que oí en estos días, y que debió aprobarse y reglamentarse en algún momento donde primó la conveniencia de esconder debajo de la alfombra.
Por último, parece necesario mencionar, sobre todo para que reflexionemos como sociedad, que no se es delincuente por ser manipulado, no se es delincuente por tener necesidades, ni se es delincuente por pertenecer a otro barrio o porque no te conozcan. Tenemos que despojarnos de ciertos prejuicios que poco ayudan a la convivencia y a resolver los problemas. Todos y todas habitamos la misma tierra, y merecemos tener un pedacito de ella y un techo digno donde vivir.
Laureano Pandolfi
Presidente Federación de Vecinales
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