El 23% de los menores de entre 13 y 17 años genera recursos para vivir. Es un 7 por ciento más respecto a noviembre de 2020. Deserción escolar, hogares endeudados y tareas de cuidado, otros factores que aumentaron en la franja adolescente con la llegada del Covid-19. Publicado en Tiempo Argentino.
El 23 por ciento de las niñas, niños y adolescentes de entre 13 y 17 años trabaja. Eso significa un 7% más de quienes lo hacían en noviembre de 2020. Uno de cada dos chicos comenzó a hacerlo durante el período de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).
Estos nuevos e impactantes datos sobre la precariedad social del país, que se suman a las recientes cifras del INDEC de que una familia necesita más de 70 mil pesos para no ser pobre, surgen de la cuarta encuesta sobre “el impacto de la pandemia COVID-19 en las familias con niños, niñas y adolescentes”, realizada en conjunto por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, UNICEF y la oficina argentina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina.
El motivo de un aumento del trabajo infantil en pandemia vino de la mano con la necesidad familiar de conseguir o recuperar ingresos, en un contexto inflacionario que sigue sin detenerse. Eso se ve reflejado en otro dato clave: el 68 por ciento del total de las y los menores que trabajan para el mercado reside en hogares en que los ingresos laborales se vieron disminuidos con respecto a 2019. Comparado con un relevamiento anterior, este nivel aumentó cerca de 20 puntos porcentuales.
“La pandemia afectó especialmente a los niños, las niñas y adolescentes de los hogares más vulnerables. La falta de trabajo decente para los padres y madres es una de las causas principales del trabajo infantil”, afirmó Yukiko Arai, directora de la OIT Argentina, una de las organizaciones a cargo de la encuesta, que se llevó a cabo de forma telefónica entre abril y mayo de 2021, con representatividad a escala nacional y regional.
La emergencia también se evidencia en el endeudamiento. El 31 por ciento de los y las adolescentes de entre 13 y 17 años que trabaja, pertenece a hogares que para la compra de alimentos tuvieron que recurrir a algún préstamo o solicitarlos fiados en algún comercio.
De acuerdo con Arai, “es necesario dar una respuesta integral, sostenible, articulada y con indicadores claros que permitan monitorear los avances”. Y habló de ejes de acción que deben ser concretados por tres actores: el gobierno, las empresas y los sindicatos. “En conjunto debemos liderar una respuesta inclusiva que nos permita mejorar las condiciones en los mercados laborales, dar mayor protección social a las y los niños y sus familias, y lograr un mejor acceso a la educación de calidad”, completó Arai.
El cuidado en pandemia
La encuesta incluyó un bloque de preguntas a mujeres, y otro a menores. Dos de los sectores más perjudicados por el ASPO. Los datos indican que en el contexto de la pandemia, las tareas domésticas y de cuidado al interior del hogar también se vieron incrementadas y recayeron especialmente en las mujeres adultas. En mayo de 2021, el 44 por ciento de los niños, niñas y adolescentes de entre 13 y 17 años realizó tareas de cuidado, de atención a niños y niñas o a personas mayores con quienes conviven. “Con respecto a octubre de 2020, se registra un incremento de adolescentes que realizan esas tareas de 8 puntos porcentuales”, apuntan en el informe.
A pesar de la vuelta a las clases presenciales, el porcentaje de niños, niñas y adolescentes que realiza tareas de cuidado se incrementó. Uno de cada 5 menores que lo hacen ahora dijo no haber realizado este tipo de tareas antes del comienzo de la pandemia. Con respecto a las tareas domésticas, el 86% realiza tareas de limpieza y/o cocina y el 70% hace las compras para su casa, sus familiares o personas cercanas del barrio.
La otra gran problemática infantil profundizada en pandemia es la desvinculación escolar: un 9 por ciento abandonó la escuela durante el 2020 (un 2 por ciento no asistía a ningún establecimiento educativo) y un 35% no retornó en 2021. Por su parte, entre los niños, niñas y adolescentes que no trabajan, un 5 por ciento abandonó la escuela en 2020 y un 15 por ciento no retornó durante el 2021. “Este dato da cuenta que la problemática de la deserción escolar no está vinculada exclusivamente al trabajo infantil”, analizaron desde las entidades que realizaron la encuesta.
El estudio indica a su vez la importancia de la presencia estatal para atenuar la crisis: el 59% de los encuestados vive en hogares que fueron alcanzados por algunas de las políticas implementadas por el gobierno para contener el impacto de la crisis (AUH, IFE, Tarjeta Alimentar, apoyos alimentarios a través de viandas y/o bolsones, retiro de alimentos en comedores, entre otras).
Fuente: VCF
Noticias relacionadas
Los medicamentos que más utilizan los jubilados subieron 200% en el año
Tras el viaje a Estados Unidos, Milei recibirá el domingo a Emmanuel Macron en Buenos Aires
Diputados oficializó la citación a la sesión impulsada por el PRO para debatir el proyecto de Ficha Limpia