Diferentes especiaistas del sector se refirieron al gasoducto troncal Néstor Kirchner como “obra estratégica para el país” ya que, además del autoabastecimiento, va a permitir ahorrar en subsidios por US$1.000 millones anuales al disminuir las cuentas de subsidio, pero además generará ingresos con las exportaciones. Se espera que esté operativo en el invierno del año 2023.
Representantes del sector empresarial, de la academia y funcionarios públicos destacaron el viernes la importancia del inicio de las obras del gasoducto troncal Néstor Kirchner, principalmente por el impacto que tendrá en ahorro de importaciones y la posibilidad de exportar gas en el futuro.
El director del Centro de Estudios para la Producción (CEP-XXI), Daniel Schteingart, señaló a Télam que “el avance del gasoducto es una excelente noticia no sólo pensando en el invierno del año que viene, sino porque a mediano y largo plazo va a permitir que Vaca Muerta despliegue cada vez más su potencial”.
“El gasoducto va a ayudar, primero, a resolver el actual déficit energético a través de la sustitución de importaciones y, luego, nos posibilitará convertirnos en exportadores tanto de petróleo como de gas”, agregó el flamante titular de Argentina Productiva 2030.
En la misma sintonía, el CEO de Pampa Energía, Marcelo Mindlin, aseguró que el jueves se vivió un día “histórico para el sector energético”, que demostró el “compromiso del Gobierno” en el tema.
“Con esta obra se comenzó a transitar el camino hacia el autoabastecimiento de gas”, dijo Mindlin a mañana del viernes durante una entrevista a Radio 10.
El empresario recordó que el yacimiento de Vaca Muerta “tiene reservas de gas para 300 años”, y aseguró que “el cuello de botella” para una mejora en la producción era la “inexistencia del gasoducto”.
La construcción de esta megaobra, según Mindlin, no sólo permitirá “generar empleo sino también ahorrarnos muchísimos dólares que estamos malgastando en los últimos años importando gas de otros países”.
Ayer, el presidente Alberto Fernández oficializó en el bloque Loma Campana de la empresa YPF, en Vaca Muerta, la primera etapa de la construcción del gasoducto troncal Néstor Kirchner, que incrementará la capacidad de transporte del fluido y tendrá un importante impacto en la industria y en el autoabastecimiento energético del país.
La obra -que se encuentra en instancias de licitación- permitirá en su primera etapa aumentar la capacidad de transporte en 24 millones de metros cúbicos (m3) de gas diarios para reemplazar la importación de combustibles y fortalecer el abastecimiento de usuarios y usinas de generación eléctrica que abastecen el Área Metropolitana Buenos Aires.
Esta primera etapa que se extenderá a lo largo de 558 kilómetros con una inversión estimada en US$ 1.500 millones, unirá las localidades de Tratayén, en Neuquén, con Salliqueló, en el centro oeste de Buenos Aires, para luego en una segunda etapa extenderse hasta el sur de la provincia de Santa Fe.
Al respecto, el viernes, el presidente de Integración Energética Argentina (Ieasa), Agustín Gerez, dijo que el objetivo es que el gasoducto esté operativo en el invierno del año próximo, lo que “va a permitir a los argentinos acceder a la energía a precios competitivos”.
Gerez precisó que “hoy se está pagando un gas que viene subsidiado por el Estado y tiene una incidencia fuerte por la coyuntura internacional. El GNL que compramos en barco, que se paga 30/35 dólares, al productor local se lo estamos pagando 3,5 dólares”.
En ese sentido, sostuvo que “la posibilidad de poder transportar va a permitir también disminuir las cuentas de subsidio”, al tiempo que “va a darle competitividad a la economía, porque las industrias hoy también están pagando un gas a un precio elevado”.
Respecto al ahorro fiscal, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) estimó el viernes que la construcción del primer tramo Tratayén-Salliqueló permitirá “en el corto plazo” un ahorro en subsidios por US$1.000 millones anuales.
El Ente añadió que también generará un “impacto positivo en la balanza comercial energética, por menos importaciones y más exportaciones, que rondaría los US$1.800 millones al año, permitiendo mejorar los ingresos públicos de las provincias por más de US$100 millones al año”.
Por su parte, el investigador del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (Ceepys), Martin Bronstein, celebró la noticia y aseguró a Télam que “es una obra estratégica para el país que se debía haber hecho hace tiempo y viene a resolver los actuales problemas de transporte” del fluido.
La obra permitirá “reducir las importaciones de gas natural licuado (GNL) que tanto le cuestan al país y, posteriormente, comenzar a exportar”, reafirmó el especialista.
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