El Contador Raúl Ángel Corgniali viene luchando, hace más de 30 años, contra la empresa Vicentin por el robo de una idea en la creación de una Sociedad Anónima en la provincia de San Luis. Asegura que la empresa aprovechó su conocimiento y copió su proyecto y creó una empresa a su espalda.
Raúl Corgniali es quien ahora vuelve a presentarse en la justicia para que se investigue a Vicentin como una “asociación ilícita” y mete también al Juez Fabián Lorenzini y a la Sindicatura del Concurso como partes necesarias para llevar a cabo los ilícitos que pide sean investigados.
Pero Corgniali lleva una lucha de más de 30 años contra la empresa Vicentin y le reclama más de 30 millones de dólares por lo que considera el robo de una idea de crear una Sociedad Anónima en la provincia de San Luis.
Resulta que en 1989 Corgnali promovió una demanda civil sobre juicio ordinario contra Vicentín S.A.I.C, que todavía tramite el juzgado de primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la 1ra. Nominación de Reconquista.
Esa demanda se instauró debido a que el contado. Corgnali celebró un contrato con Vicentín SAIC para realizar los estudios y gestiones tendientes a constituir una sociedad anónima e instalar una fábrica de aceites y pallets y/o expellers de molienda de semillas oleaginosas en la provincia de San Luis, para beneficiarse con el régimen de promoción industrial imperante en nuestro país para aquella época. Dicho convenio se tradujo en un contrato de locación de obra suscripto entre el Corgnali y Oscar J. Vicentín
“Corgnali aceptó y en consecuencia preparó la documentación que fue presentada y aprobada, realizando los trámites necesarios para la constitución de la sociedad que se denominó Magarí San Luis S.A. en la cual se instalaría la planta industrial. Todo ello se realizó permanentemente con el conocimiento expreso de los directivos de Vicentín, quienes viajaban permanentemente con el Sr. Corgnali a San Luis. Pero sorpresivamente, Corgnali se entera más tarde que los directivos de Vicentín habían constituido a sus espaldas otra sociedad, copiada literalmente de la que le encargaron constituir, a los mismos fines que la anterior y utilizando el know how de Corgnali para evitar afrontar los costos y las regalías convenidas entre las partes, quedando la sociedad creada por mi representado sin funcionar. Así de nobles son los Vicentín”, dice la denuncia.
En definitiva, sostiene la presentación, “los Vicentín se aprovecharon de las ideas y realizaciones efectuadas por Corgnali y se enriquecieron con ellas, aunque luego para evitar el pago prometido cambiaron la denominación de la empresa que luego llamaron Antaris S.A., copiando exactamente el modelo y la gestión de Corgnali”. La deuda que el contador denuncia por honorarios fue originalmente de u$s 12.842.032, pero luego de transcurridos 30 años de litigio, la calcula en u$s 32.000.000.
“El derrotero fue interminable. Tan solo para tener una idea de lo que ha sido el pleito mencionado y que ya lleva 30 años, por solo citar un ejemplo, el mismo es uno de los dos casos en los cuales solo la discusión del arraigo de la demanda ha llegado hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La lucha resulta interminable. Se ha litigado no solo contra la empresa sino también contra los sucesivos jueces que intervinieron en el trámite del expediente que han respondido siempre incondicionalmente a favor de los Vicentín”, recuerda.
“Luego de tanta lucha, de tantos abogados, de tanta pelea y de tantos jueces y de tantas instancias procesales, logrando que el expediente mantenga su trámite y su reclamo pueda llegar a buen puerto, el Sr. Corgnali debe presenciar impávido ahora como esta banda de delincuentes se insolventa, desvía todo su patrimonio y comienza a desplegar, incluso desde mucho tiempo antes de su pergeñada declaración en default, una serie de actos premeditados en pos de saquear las expectativas de lograr percibir lo debido. Resulta que ahora, en el trámite del concurso, parecería seguir pasando lo mismo”, sostiene la denuncia. “Esta sensación de desolación, luego de tantos años de lucha y de enfrentarse a un gigante en su propia tierra, han llevado al Sr. Corgnali a formular la presente denuncia para lograr, cuanto menos, una sensación de justicia que repare su desazón”, concluye la presentación.
Firma de una jueza que ahora se apartó por su amistad con los Vicentin
Lo extraño es que la Jueza María Eugenia Chapero que decidió apartarse desde el inicio del Concurso de Vicentin por su amistad con los empresarios de Avellaneda sí firmó una resolución que perjudicó los intereses de Corgniali y favoreció a la empresa Vicentin en esta batalla judicial que arrancó en 1989.
La firma de Chapero tampoco es de hace mucho tiempo ya que se estampó en 2016 cuando firmó la siguiente resolución junto a los jueces Dalla Fontana y Román.
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