El abogado de la familia pedirá la inmediata exhumación del cadáver para realizar el ADN y así eliminar la posibilidad de que haya sido una “suplantación de identidad”, que es el delito más simple de probar.
Los fiscales arrancan el año judicial con uno de los casos que promete ser uno de los más resonantes y en principio con un final todavía muy incierto por la cantidad de capítulos todavía no resueltos.
El bebé de Ayelén Aquino nació el 25 de diciembre de 2019 y hay dos informes del nacimiento, uno de ellos dice “nacido vivo” (que tiene la familia) y otro que indica “nacido muerto” (que aseguran está en el Hospital).
La embarazada se realizó todos los controles y en ningún momento se detectó una “gestación gemelar siamés”, que es el nombre correcto para este tipo de casos donde hay una malformación de este estilo.
Las autoridades judiciales ahora deberán realizar una exhumación del cadáver para realizar un estudio de ADN y de esa manera eliminar, o investigar, si hubo “suplantación de identidad”. ¿Qué significa? Determinar si el bebé es el hijo de esta mujer o si por el contrario se trata de un bebé cambiado y que se lo entregaron a la mujer cambiado por otro.
Si el ADN no coincide estaremos ante un caso gravísimo y que podría hacer estallar por el aire al sistema de salud provincial.
En caso de que el ADN sea coincidente habrá que seguir investigando la “mala praxis”, el otro delito denunciado por la familia.
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