En los albores del domingo 21 de abril de 2024, la tranquila calma de la ciudad de Reconquista se vio turbada por un descubrimiento macabro. A las 09:55 horas, el Grupo de Operaciones Tácticas (GOT) fue convocado a la calle 64, en las cercanías del predio de la Empresa Provincial de la Energía (EPE). Allí, en una cuneta, yacía una figura inerte, cuyo destino se había sellado en la penumbra de la noche.
La joven, identificada posteriormente como Lourdes Itatí Caribaux, de apenas 22 años, parecía haber sido arrancada de la vida en circunstancias aún no develadas. Su cuerpo inmóvil yacía junto a una compañera silenciosa: una motocicleta Zanella Due, testigo silente de los oscuros acontecimientos que habían desencadenado la tragedia.
Fue el Dr. Gustavo Argañaráz, quien, al llegar en la ambulancia del 107, selló el destino de la joven con el amargo sello de la muerte. Pero aún flotaban en el aire más interrogantes que respuestas. ¿Cómo había llegado Lourdes a aquel rincón de la ciudad? ¿Qué había desencadenado su fatídico destino? ¿Se trató de un accidente vial?
Las autoridades no tardaron en responder al llamado del misterio. La Comisaría I, el Grupo Criminalístico y el médico policial Martín Salinas, todos se unieron en una danza de sombras y secretos para desentrañar el enigma. Salinas, con su mirada fría y su mente aguda, solicitó una autopsia, ansioso por descubrir la verdad oculta bajo los velos de la incertidumbre.
Pretender transformar una noticia (y además mala noticia) en un poema literario, o en un relato con tintes novelescos del siglo XXVII, me parece muy tonto. Quitándole seriedad
Saludos
Escribí bien Rolón dejá de hacerte el pendejo