Guardafauna rescata y devuelve a su hábitat a un Aguará Guazú que deambuló por Reconquista

El valioso trabajo de Ricardo “Bocha” Magnago en la preservación de la fauna local.

El programa de radio “La Grieta” entrevistó hoy a Ricardo “Bocha” Magnago, un destacado guardafauna de la región, quien relató el emocionante rescate de un Aguará Guazú en el barrio San Jerónimo de la ciudad de Reconquista. El animal, que se encontraba desorientado debido a la reducción de su hábitat natural, “fue capturado y devuelto a su entorno salvaje” gracias a la rápida acción de Magnago y la colaboración de la comunidad.

“La aparición del Aguará Guazú en zonas urbanas no es un fenómeno desconocido, ya que estos animales suelen recorrer grandes distancias en busca de alimento y compañeros”. Sin embargo, su presencia en estas áreas conlleva riesgos, como atropellos en las rutas o desorientación debido a las luces de los vehículos. Según los registros, “más de 9.000 Aguará Guazú mueren atropellados cada año en el país”.

El “Bocha” Magnago explicó que, al recibir un video del animal suelto en el barrio, decidió difundir un comunicado en las redes sociales para solicitar la colaboración de la comunidad en su captura. La rápida respuesta de los vecinos permitió ubicar al Aguará Guazú en el frente de una casa, donde fue rescatado sin dificultades. Aunque algunos especularon que el animal podría haber escapado de un hogar doméstico, Magnago aclaró que “se trataba de un individuo salvaje y no presentaba signos de haber sido domesticado”.

El guardafauna destacó la importancia de preservar los hábitats naturales de los Aguará Guazú y resaltó el proyecto provincial para “convertir las zonas donde se registran estos animales en reservas”. Asimismo, mencionó que la Provincia de Santa Fe colaboró en el rescate al ceder a la Guardia Rural Los Pumas para su reubicación en un lugar adecuado. Aunque no pudo participar directamente en la liberación, Magnago destacó la necesidad de proteger a estos animales amenazados y evitar su muerte en las rutas.

El Aguará Guazú es un canino de gran tamaño, con aproximadamente 1,20 metros de altura hasta la punta de la cola y un peso de 30 a 40 kilogramos. A pesar de su apariencia imponente, Magnago enfatizó que “estos animales son dóciles y no representan una amenaza para las personas”. Su rescate y posterior devolución a su hábitat natural “se llevó a cabo siguiendo un protocolo que incluye una revisión veterinaria para descartar posibles lesiones”.

El “Bocha” Magnago agradeció el interés y la colaboración de la comunidad en este caso, resaltando la importancia de concientizar sobre la conservación de la fauna local. Asimismo, señaló la “necesidad de contar con una estructura adecuada y voluntarios comprometidos” para la protección de la fauna en la región.

Es fundamental que se implementen medidas más efectivas para proteger a los Aguará Guazú y a otras especies en riesgo. Esto incluye la “instalación de carteles de advertencia en las rutas, la reducción de la velocidad máxima en zonas identificadas como hábitat de estos animales y la concientización pública sobre la importancia de respetar su presencia y tomar medidas para evitar accidentes”.

Además, es esencial trabajar en la conservación y preservación de los hábitats naturales de los Aguará Guazú. La deforestación y la reducción del espacio disponible para estas especies son factores que contribuyen a su desplazamiento y aumento de los riesgos a los que se enfrentan.

En este sentido, es alentador ver el compromiso de personas como Ricardo “Bocha” Magnago, un guardafauna dedicado a la protección de la fauna en la región. Su rápida respuesta y coordinación con las autoridades locales y provinciales permitieron la captura y posterior devolución del Aguará Guazú a su hábitat natural.

Esperemos que esta experiencia sirva como un llamado de atención para tomar medidas más efectivas en la protección de la fauna silvestre y en la conservación de los espacios naturales donde estas especies encuentran refugio. La preservación de la biodiversidad es responsabilidad de todos, y es crucial garantizar un equilibrio entre el desarrollo humano y la protección de los ecosistemas que albergan a nuestras especies más preciadas.