El Ministerio de Economía presentará la oferta a los bonistas y se abren las puertas de las negociaciones. Las dos partes no se acercarán rápidamente, puesto que saben la necesidad de armar un combo que incluya, entre otros, reducción del cupón y extensión de plazo.
Tras meses de mútiples especulaciones, que generaron volatilidad, durante marzo llega el momento en el cual las autoridades económicas presentarán una oferta a los bonistas, que ansiosamente esperan conocer a fin de poder evaluar su aceptación.
Este evento resultará crucial ya que no sólo permitirá cálcular el valor de la propuesta, sino que especialmente marcará de manera formal el comienzo de las negociaciones con acreedores, dado que es posible que haya modificaciones durante el proceso.
Ello resultará relevante a fin de analizar las chances de aceptación, ya que en el caso de los títulos con ley NY resultan además más exigentes a raíz de sus CACs, a fin de evitar un fracaso que desemboque en el temido ¨default¨. Esto no sólo complejizaría dicho proceso de negociación – al poder sumarse fondos buitres en caso de acentuarse la caída de precios – sino que además demoraría aún más el regreso al financiamiento.
En dicho sentido, es indispensable que las partes involucradas acerquen rápidamente posiciones, ya que ambos reconocen que será necesario armar un ¨combo¨ entre reducción del cupón, extensión de plazo, período de gracia y hasta eventualmente quita de capital que sea aceptable para acreedores y sustentable para la economía.
Las deprimidas paridades de los títulos en dólares, ya cercanas al 40%, descuentan una muy importante quita en términos de valor presente neto, ante lo cual dicho parámetro debería actuar como referencia para que la oferta se estructure de manera que el ¨haircut¨ sea inferior, y así otorgar ¨upside¨ respecto a los precios actuales.
Caso contrario, crecen las chances de que la oferta no sea aceptada – especialmente por aquellos tenedores de títulos NY que serían los tenedores más duros – y por ende el camino hacia un ¨default¨ abriría la puerta al ingreso a fondos litigiosos a raíz de la reacción negativa que dicho escenario tendría de inmediato en las cotizaciones.
Así es que tanto los bonistas como el equipo económico deberían rápidamente encontrar espacio para dirigir la oferta hacia valores superiores a las cotizaciones actuales, dado que los incentivos están alineados para ello a fin de evitar una situación más conflictiva hacia adelante que repercutiría negativamente en el financiamiento.
Más allá de que la ¨hoja de ruta¨ posiblemente sea direaccionada hacia allí, quedará por evaluar la compleja implementación – así como la consistencia con el programa económico – y mientras tanto se deberá afrontar importantes vencimientos de deuda en pesos y de títulos en dólares que acortan los tiempos de dichas negociaciones.
Esto se debe a que habría que afrontar abultados compromisos de bonos y letras en pesos en los próximos meses, y para ello se debe lograr reestablecer la demanda en las licitaciones, la cual se ha resentido tras el reperfilamiento compulsivo del AF20, ya que caso contrario sólo quedarían la emisión monetaria – que viene además a un ritmo acelerado en combinación con baja de tasa – o sino nuevos reperfilamientos.
En el caso de la deuda en dólares con ley local, mayo sería el límite a raíz en especial de la amortización del Bonar 2024 (AY24), a diferencia de los títulos bajo ley NY que este año no requieren de cancelación de capital sino sólo de renta, y ello otorga más tiempo para las negociaciones en un clima externo repentinamente más complicado.
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