Lorenzini aceptó el Concurso de Algodonera Avellaneda y pidió documentación urgente

La Algodonera Avellaneda, una de las principales industrias textiles del norte santafesino y parte del grupo Vicentin, enfrenta una crisis financiera que la llevó a solicitar la apertura de su concurso preventivo de acreedores el pasado 12 de noviembre en los Tribunales de Reconquista.

Este lunes, el juez Fabián Lorenzini se declaró competente para llevar adelante el caso, asignándolo al Juzgado Civil y Comercial de la Segunda Nominación.

Con plantas operativas en Santiago del Estero, Chaco y Reconquista, la empresa acumula pérdidas desde 2019. Según el fallo de Lorenzini, esta situación se vio agravada por la hipoteca del inmueble donde funciona la hilandería, como garantía de un crédito por 300 millones de dólares otorgado por el Banco de la Nación Argentina a Vicentin SAIC, actualmente también en concurso preventivo. Esto afectó gravemente la capacidad de financiamiento y operación de la Algodonera, obligándola a reestructurar su funcionamiento y operar mayormente en la modalidad de servicios a fazón para otras empresas.

Incertidumbre laboral

El proceso concursal ha generado preocupación en la comunidad de Reconquista, especialmente entre los 500 empleados que dependen de la planta para su sustento. A principios de este año, la empresa debió reducir la jornada laboral y los días de trabajo semanal como medida para afrontar la caída en la producción, que dejó más del 50 % de su capacidad instalada ociosa. Esta situación ya había motivado negociaciones con sindicatos para evitar despidos, aunque la continuidad laboral sigue siendo incierta.

Lorenzini convocó a una audiencia para el 5 de diciembre, mientras que el 4 de diciembre se realizará una asamblea de accionistas para ratificar la decisión de iniciar el concurso. Además, otorgó un plazo de diez días hábiles a la empresa para cumplir con los requisitos establecidos por la Ley de Quiebras. Entre estos, se le solicitó un informe detallado de su situación patrimonial y financiera, así como una proyección de cómo planea abordar su crisis económica.

Impacto en la región

La Algodonera Avellaneda es un pilar económico en el norte santafesino, donde su producción textil y empleo tienen un peso significativo. Las negociaciones en curso con empresas como Buyatti y la Unión Agrícola de Avellaneda buscan garantizar la continuidad operativa y preservar las fuentes laborales, mientras que la empresa enfrenta presiones por deudas impagas con la Empresa Provincial de la Energía (EPE). Los cortes de energía en septiembre de 2024 evidenciaron las dificultades financieras que atraviesa la compañía.

El panorama económico también refleja los desafíos de la industria textil argentina, afectada por una competencia creciente de productos importados, la inflación y una caída en el consumo interno. La crisis de la Algodonera, además, está íntimamente ligada a la situación de Vicentin, cuya insolvencia y dificultades judiciales repercuten en sus subsidiarias.

Próximos pasos en el proceso judicial

En su resolución, el juez Lorenzini destacó que la empresa deberá aportar documentación complementaria para clarificar el estado de su activo y pasivo, así como detalles sobre su capacidad de exportar materia prima, una de las opciones que la firma evalúa para generar ingresos y salir de la crisis. Paralelamente, el magistrado instó a los accionistas a participar activamente en el proceso y analizar alternativas para garantizar la viabilidad de la empresa.

Un caso emblemático

La situación de la Algodonera Avellaneda resuena como un eco del caso de Vicentin, en el que Lorenzini también tuvo un papel clave al dirigir el concurso de la agroexportadora. En ambos casos, se evidencian las complejidades de empresas que no solo deben enfrentar sus propias crisis internas, sino también las implicancias de un sistema económico que exige financiamiento externo y altos niveles de competitividad.

Por ahora, el destino de la algodonera dependerá de su capacidad para alcanzar acuerdos con acreedores y adoptar medidas que estabilicen su producción. Mientras tanto, los trabajadores, sus familias y la comunidad de Reconquista miran con preocupación el desarrollo de este proceso, que podría marcar un antes y un después en el panorama industrial de la región.