El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, advirtió hoy que el avance de partidos de ultraderecha en las elecciones es una “amenaza y un retroceso” para las políticas de género, mientras que multitudes feministas se manifestaron en el Día Internacional de la Mujer con la excepción de Madrid, donde las marchas se prohibieron por temor a más contagios.
“No podemos obviar otra amenaza que es temible: la reaparición de la ultraderecha con su discurso de odio y machismo descarnado”, alertó Sánchez en un discurso ofrecido con motivo del Día Internacional de la Mujer que se celebra hoy.
El mandatario consideró que España se juega su “decencia” en la lucha por los derechos de la mujer y llamó la atención sobre el hecho de que “la ultraderecha no es una fuerza de resistencia al feminismo” sino “una fuerza de retroceso”, porque en lugar de limitarse a “frenar avances” su objetivo es “propugnar una vuelta a la época de inferioridad de las mujeres, a los tiempos de sumisión al padre, al marido o al jefe”.
Según Sánchez, para el feminismo “la forma de no retroceder es resistir” y “seguir avanzando” con el objetivo de “construir sociedades más justas para todas y para todos”.
“En esta lucha nos lo jugamos todo: nos jugamos el progreso, nos jugamos la decencia como país y nos jugamos incluso el crecimiento económico. El feminismo atraviesa todo”, añadió, según la agencia Sputnik.
Juzgó que el machismo es “una desigualdad estructural que exige medidas contundentes” porque “a la mitad de nuestra sociedad se le arrebata o recorta la libertad, la igualdad o la dignidad por el simple hecho de ser mujer”.
Además, puso de relieve que, en los últimos presupuestos generales del Estado, las partidas para políticas de Igualdad tuvieron un incremento del 157 por ciento respecto a los anteriores.
Sánchez también ponderó el rol de las mujeres dentro de su Gobierno, porque tres de las cuatro vicepresidencias son ejercidas por mujeres y hay un total de ocho ministras, la mitad del gabinete.
El presidente pareció tomar posición ante una división entre su partido, el Socialista Obrero (PSOE) y los izquierdistas de Unidas Podemos (que dirigen el Ministerio de Igualdad) relacionada con la elaboración de una ley sobre los derechos de las personas transexuales.
“En este Gobierno la igualdad son hechos”, sentenció al respecto.
Paralelamente, los colectivos feministas de todas las regiones de España se manifestaron en el Día Internacional de la Mujer, con excepción de los de la Comunidad de Madrid, donde las marchas fueron prohibidas por el riesgo de contagio de coronavirus.
El Tribunal Constitucional decidió hoy mantener la prohibición decretada el sábado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, rechazando los recursos presentados por sindicatos y asociaciones feministas.
A modo de consuelo, llamaron a sacar las pancartas a los balcones para visibilizar su lucha.
En el resto de las capitales de provincia y también en muchas ciudades se celebraron actos más reducidos que los de años anteriores y con distancia de seguridad, en un ambiente condicionado por la pandemia.
La anterior edición del 8 de marzo levantó polémica porque las masivas manifestaciones, especialmente la de Madrid, se realizaron pese a que pocos días después se tuvo que declarar el estado de alarma por los altos niveles de contagio entre la población.
Las fuerzas de oposición acusaron durante meses al Gobierno nacional de haber obviado en aquel día los riesgos para la salud pública con tal de salvaguardar su agenda ideológica, defensora de los valores feministas.
Esta jornada de reivindicación comenzó con la agresión de un hombre a su expareja en la localidad valenciana de Massamagrell, a la que asestó siete puñaladas.
La intervención de los vecinos evitó que el ataque continuara y acabó con la mujer herida de gravedad y su agresor detenido.
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